Fernando Corona, por un Campestre unido
Justo, sencillo, corto de palabras pero hábil en los hechos, así es Fernando Corona Carrete. Hace casi dos años, tomó la decisión de buscar la presidencia del Club Campestre de Durango. Después de ganar en la elecciones del 2021, Fernando junto a su planilla, han logrado consolidar al Club, después superar retos tan importantes como la pandemia.
Su amor por este lugar viene de años. Recuerda con mucho cariño sus primeros pasos cuando iba y practicaba deporte. Con el tiempo, formó su propia familia, su esposa, Lidia Campos Stenner y sus tres hijos, quienes comparten su cariño por el Club.
Hoy, junto a su directiva, Fernando Corona mantiene firme su interés en escuchar a los socios y en dar su mayor esfuerzo en beneficio de toda la familia campestre.
Sabemos que prácticamente creció en el Club, ¿qué sentimiento representa esta parte de su vida?
Pues es algo que te llena de muchos recuerdos, en todas las etapas de mi vida, desde la niñez, la juventud y ahora, ya de padre de familia son ciclos muy bellos que llevo siempre en mi baúl de los sentimientos.
¿Qué deportes le gusta practicar?
Bueno pues he tenido diferentes etapas del deporte, me gustan mucho. He jugado: frontenis, basketball, ciclismo, futbol, barras paralelas, raquetbol, golf y pádel. Actualmente juego golf, fútbol y también me gusta correr.
¿De qué manera se apoya en su familia?
Tengo muy buen apoyo, porque también son parte de la familia Campestre y muchas veces son los encargados de direccionarme o darme tips y desde luego, también me dan consejos cuando ellos ven que algo está mal.
¿Cómo ha sido este tiempo al frente del Club Campestre?
Ha sido una responsabilidad muy grande pero a la vez muy satisfactoria, no hay día que no aprendas algo nuevo en el Club, siempre te está sorprendiendo con algo, ya sea bueno o malo. Y estos dos primeros años se me han pasado súper rápido, no cabe duda que cuando te mantienes ocupado, el tiempo vuela.
¿Cuáles son los avances más significativos que ha tenido en estos dos años?
Los avances más significativos para mí, indiscutiblemente han sido la armonía, la buena vibra que se ha respirado y vivido en estos dos primeros años.
Lo material o la infraestructura que se ha podido hacer ayuda, pero no hay nada como un club donde te sientas cómodo, agusto de poder traer a tu familia, disfrutar de tus amigos, hacer el deporte que tú quieras; tener un espacio donde puedas venir a descargar toda tu energía y salir contento y satisfecho de lo que hoy hemos logrado.
¿Qué es lo más complicado de estar al frente del Club?
Lo más complicado es el tiempo y como decimos en el argot del comercio "al ojo del amo engorda el caballo”. O tal vez será que yo me siento y lo cuido con la ayuda de mi directiva, como si fuera propio, pero creo que los resultados se han dado, gracias al cuidado que se le ha dado y al empeño de hacer bien las cosas.
La pandemia vino a desestabilizar mucho la economía en todas partes, ¿cómo lograron resurgir, después de una etapa tan complicada?
La pandemia fue un gran mal, pero a la vez nos hizo resurgir como el ave fénix. Creo que llegamos con más ganas y ahora valoramos muchísimo más nuestra salud, es por eso que mucha gente volvimos con todo para disfrutar lo más preciado que tenemos, “la vida”. El poder abrir los ojos y darnos cuenta que tenemos salud, que podemos respirar y que tenemos la oportunidad de vivir un día más, eso no tiene valor.
¿Cuál considera que es su legado en su gestión?
Yo creo que mi legado será una administración o una directiva que puso toda el alma y corazón a todo lo que hicimos. Eso sería el mejor legado.
¿Cuáles son los valores que para ud. predominan entre los socios del club?
Los valores que me gustaría que predominaran más en el Club, sería el sentido de pertenencia, el tener la camiseta puesta, siempre estar unidos para que cualquier situación que se contravenga resolverla lo más unidos posible.
¿Algún mensaje para toda la familia Campestre?
El mensaje que mandaría a la familia campestre sería que siempre haya unidad y respeto, y que de verdad el Club, lo cuidemos como si fuera nuestra propia casa.
