Editoriales

OPINIÓN

Cambios radicales

Vida pública.

Cambios radicales

Cambios radicales

JESÚS MENA VÁZQUEZ

El tiempo para el actual Gobierno Federal se va acabando. Cada día que pasa el peso de sus decisiones va siendo menos importante. Sin embargo, esto no parece importarle al Presidente de la República, quién continúa enviando iniciativas al Congreso de la Unión con la intención de que se hable de ellas durante el período electoral, sabiendo que no conseguirán el consenso necesario para que puedan ser aprobadas.

Ya se han enviado al Poder Legislativo iniciativas que proponen reformar el Poder Judicial, el Legislativo y las instituciones que se encargan de los procesos electorales. Es prácticamente seguro que ninguna de estas iniciativas alcanzará la mayoría calificada en el Senado de la República, y, por lo tanto, no serán aprobadas.

Claramente, la intención no es que se aprueben las reformas propuestas, sino que se genere debate en la opinión pública respecto al contenido de estas, disminuyendo de alguna manera que se debata sobre los problemas en el país, lo que es de interés del oficialismo.

Con el envío de paquetes de reformas constitucionales que lo único que generan es contenido mediático, con la transmisión diaria de las conferencias matutinas del Presidente de la República, con el mensaje implícito de que los programas sociales (que son constitucionales) podrían quitarse si gana la oposición, lo cual es completamente falso pues para hacerlo se necesitaría la mayoría calificada en el Congreso de la Unión y de los congresos estatales.

Para quitar los programas sociales, gane quien gane, se requiere que los diputados, senadores y congresos estatales afines al partido que hoy gobierna aprueben su eliminación.

Estas estrategias mediáticas, de desinformación, de utilización de todos los recursos con que cuenta el gobierno para presionar a empresarios concesionarios de medios de comunicación, es como se va generando un escenario de inequidad para la candidata de oposición, que, para colmo, tiene que cargar con los impresentables de cada uno de los partidos que integran su coalición, lo que puede alejar a electores que están a favor de una candidata ciudadana pero que no confían en los partidos que la postulan.

Aun sabiendo que tiene todo el aparato gubernamental en contra, la candidata de oposición tiene que cargar con el desprestigio de las dirigencias de los partidos que la postulan, sin que se haya desmarcado claramente de sus dirigencias y en lugar de eso, hacer una alianza con las bases de cada partido, con los líderes a nivel de calle de los partidos que la postulan.

Cada día que pasa estancada en las encuestas, la candidata que representa a la oposición tiene que luchar contra corriente y cargar con el desprestigio de las dirigencias partidistas, que están postulados en los primeros lugares de las listas plurinominales al Congreso de la Unión.

Como lo propuso el periodista Jorge Ramos hace poco tiempo, la candidata de la oposición tiene que valorar separarse de los partidos que la postulan y buscar el apoyo de los ciudadanos. En la primera etapa de la precampaña intentó hacerlo y no funcionó por la rebelión de las dirigencias partidistas.

Ahora que son necesarias acciones radicales para convencer al electorado, tal vez valdría la pena negociar con las dirigencias partidistas, que ya tienen el control de las listas de candidatos a diputados y senadores, que tengan un bajo perfil en lo que resta de la campaña y que sean las bases de cada partido las que apoyen a la candidata en sus recorridos por el país, para que de esa manera intente ganar el apoyo de la ciudadanía harta de la cultura política de nuestro país, que es la principal beneficiaria de la corrupción e impunidad que permea nuestra vida pública.

X: @jesusmenav

Escrito en: Vida pública candidata, partidos, dirigencias, tiene

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Editoriales

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas