El cliente (casi) siempre tiene razón

¿Qué es la terapia? es una forma de recibir ayuda ante un problema. Si vas a terapia, te reunirás con tu terapeuta para hablar, te hará preguntas y te escuchará.

La terapia consiste en sanar aquello que le preocupa a la persona desde una orientación psicológica, es decir, se ponen en práctica los conocimientos adquiridos a lo largo de la trayectoria profesional y personal. En este espacio, se crea un nuevo punto de vista de la dificultad.

Mi consulta de terapia tiene como objetivo reprogramar cerebros. Si alguien acude a terapia es por una sencilla razón: su enfoque para el punto que me busca ya no funciona, ni sus maneras de resolverlo, así que me toca ayudarlo a encontrar nuevas conexiones, perspectivas, paradigmas y oportunidades y sobre todo darle paz, porque todos pensamos mejor estando tranquilos.

La terapia no es solo para locos, no se trata de borrar lo que no nos gusta, sino entender porque te sientes así, ir a la raíz del problema, darle una salida constructiva, aprender a manejar situaciones, actitudes y pensamientos que te roban la paz, resinificar tu historia, deconstruir una realidad diferente.

En un terapia el terapeuta no te dice que hacer, solo te refleja lo que estás haciendo y te ayuda a decidir si eso quieres en tu vida o si deseas modifícalo. El punto no es que salga las cosas según su criterio, si no que tu evalúes y encuentres por ti mismo las respuestas que deseas para tu vida, ¿lo puedes hacer solo? si pero no siempre eres consciente de lo que vienes haciendo, no es lo mismo mirar el bosque desde adentro, que mirarlo desde una toma satelital.

Los terapeutas no tenemos todas las respuestas, no sabemos siempre lo que es correcto para ti. Tu eres el experto en tu propia vida, en tu profunda sabiduría intuitiva tienes todas las respuestas.

El papel del psicólogo es ayudar a sacar eso de ti y explorar todo desde una vista diferente. Es cierto que, no todos los problemas necesitan terapia y no todas las terapias llevan meses, tampoco hace terapia quien tiene problemas, problemas todo el mundo los tiene, hace terapia quien quiere resolverlos.

De nada te sirve comprarte los zapatos más carísimos, si luces tu cara de pescado triste... aunque creo que la mayoría elige los zapatos...

De nada sirve conseguir un clavo nuevo: Un clavo no saca a otro clavo, ¡patrañas! mejor ¡ve a terapia! analiza que pasó contigo y de qué manera puedes la próxima vez hacerlo mejor para que no lastimes a nadie, por lo que tú no has resuelto. Hay personas que necesitan más terapia que pareja, las heridas del pasado que siguen vivas y sin sanar te muestran lo que aun te falta y debes destrabar.

Cuando se acumulan los agravios en un costal, y ya hasta tienes cara de antigripal ¡corre a terapia!. Si quieres, vive sin conciencia y como víctima y así cásate y ten hijos y total, si esa relación no funciona y quedas con traumas, me marcas y con gusto te agendo cita para terapia.

Si es cierto, la terapia cuesta trabajo, no solo tiempo y dinero, porque su meta no es hacerte sentir mejor, sino hacerte cambiar en tu forma de comunicarte, de relacionarte, de pensar, de actuar, pero por una mejor calidad de vida bien ¡vale la pena!.

Cuando un avión va en picada a tierra hay un punto en donde por más que jales el timón y lo hagas empezarse a elevarse ya no hay tiempo y la proximidad de la tierra hará que te estrelles, pero aun así no por eso vas a dejar de jalar el timón.

Todos quieren una relación sana, ser felices en pareja, que el amor no se acabe, pero nadie quiere estudiar sobre relaciones, tener conversaciones incomodas, abrazar el sacrifico de lo que esto implica, el amor no es magia, el amor se construye. Todos sabemos nuestra neta interna, pero se requiere de mucho valor para escucharla. Si creemos que enfrentarla es muy complicado y requiere mucha energía, el ignorarla es lo que verdaderamente nos arruina la vida, si quieres ser poderoso aprende a manejar tu mundo emocional.

Los beneficios de ir a terapia son valiosos: menos estrés, autoconfianza, establecer límites, recuperar el balance emocional, mejores relaciones, sensación de bienestar, calidad de pensamiento, cambio de conductas, mayor autoconocimiento en otros... y aun así, la terapia sigue haciendo su trabajo a lo largo de los años, con el tiempo se interiorizan los recursos y estrategias adquiridas para hacer frente a dificultades con autonomía y capacidad de tomar las riendas de nuestra propia vida.

Que maravillosos es preguntarle a alguien ¿cómo estás? y te responda: "trabajando en mí" ¡eso es terapia señores!

Me gusta reírme de sus problemas y mis pacientes aprendan a hacerlo, profundizar en el dolor, extraer moralejas y dejar acciones concretas para corregir el rumbo, porque al final de cuentas todos los problemas surgen por una sencilla razón: se nos olvidó quienes somos y solo necesitamos recordarlo...

Todos podemos beneficiarnos de ir a terapia e irnos aproximando poco a poco a la armonía deseada ¿te animas?