Agrupados en 70 comités de vigilancia, distribuidos en los 39 municipios del estado, 600 hombres y mujeres cuidan del bosque y otros recursos naturales de Durango para que no sean presa de la depredación o el fuego.
Desde hace más de cuatro años la delegación estatal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) trabaja para sumar a la población en el trabajo de vigilancia ambiental, debido a su limitada plantilla de inspectores.
TAMAÑO
"Durango, por su extensión y su complejidad territorial, es difícil vigilarlo, por muy elevado que fuera nuestro número de inspectores nunca lo abarcaríamos", reconoció el delegado de la Profepa, Paulino Córdova Quiñones.
Debido a lo anterior, es de vital importancia fortalecer la vinculación ciudadana, añadió. El servidor público federal precisó que depositar la responsabilidad de salvaguarda del bosque duranguense en los propios dueños del recurso es la mejor opción.
"Los 600 vigilantes ambientales están todos los días al pendiente del cuidado de los recursos forestal, agua y la vida silvestre".
PREPARACIÓN
El mismo trabajo, aclaró Córdova Quiñones, se realiza en la zona del Semidesierto de la entidad, donde hay riqueza en recursos no maderables.
"Los resultados son notables porque se trata de gente que tiene la capacidad, el conocimiento y el interés natural de cuidar lo que le pertenece", expresó.
La denuncia de hechos fuera de la ley, como extracción de manera o caza furtiva, además del aviso de incendios forestales son ahora más oportunos.
Entre los comités más activos se encuentran los de Pueblo Nuevo, San Dimas y Santiago Papasquiaro, finalizó el titular de Profepa en Durango.