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El 2 de octubre ni se olvida ni se aclara

Aullidos

RUBÉN CÁRDENAS

Se cumplen precisamente hoy cuarenta y un años de la matanza de Tlatelolco, uno de los acontecimientos más negros y cruentos de la historia moderna de nuestro país. La tarde era serena en aquel 2 de octubre de 1968; los miles de estudiantes y personas de la sociedad civil esperaban pacientemente en la Plaza de Las Tres Culturas la información de una asamblea más de las varias que solían realizarse por aquellos días, siempre convocadas por el Consejo General de Huelga.

En ese ambiente, como en días anteriores, las tropas del Ejército Mexicano tomaron posiciones antes de iniciar el evento. De pronto, una bengala lanzada desde un helicóptero asomó por encima del edificio Chihuahua, desde donde se preparaban los oradores para dirigirse a los presentes. Acto seguido, inició la refriega en la que, a cuarenta años de distancia, no se precisa aún el número de muertos. Hoy todavía, las mayorías de este país siguen señalando a un absoluto responsable: Luis Echeverría Álvarez, entonces secretario de Gobernación.

Muertos ya Gustavo Díaz Ordaz, presidente de México en ese tiempo; el general Marcelino García Barragán, secretario de la Defensa Nacional; el general Manuel Díaz Escobar, responsable de ese operativo; y Fernando Gutiérrez Barrios, titular de la entonces Dirección Federal de Seguridad, organismo ejecutor de las funciones de inteligencia, los ojos de muchos mexicanos siguen volteando hacia Echeverría Álvarez, quien hace apenas un año responsabilizó de todo lo sucedido aquel día a su jefe, Gustavo Díaz Ordaz.

Para el esclarecimiento de estos hechos y castigo para los responsables, de nada ha servido la llegada al poder de un partido distinto al Revolucionario Institucional. Mucho dinero se invirtió en la conformación y trabajo de investigación realizado por una fiscalía especial para indagar sobre delitos del pasado. Como se recordará, el responsable de esta investigación, Ignacio Carrillo Prieto, casi terminó de victimario a víctima y al final de cuentas Luis Echeverría Álvarez fue exonerado de cualquier responsabilidad, por argumentos absurdos.

Por eso, llegar a esos 41 años sin mayores novedades no es ningún orgullo. Seguirá siendo una fecha negra y penosa tanto por la sangre que corrió en la Plaza de las Tres Culturas, como por la confabulación entre medios de comunicación y el poder de aquel tiempo.

Sin duda, la participación activa de una prensa más libre habría sido factor decisivo para que hoy tuviéramos más claridad de lo que realmente aconteció ese 2 de octubre tan poco transparente.

Y, como cada año, para muchos que perdieron a un ser querido en esa plaza, sigue vigente la frase de que "el 2 de octubre no se olvida", aun cuando alguien ya debió agregarle como colofón: "

ENTRAMOS YA al mes de octubre y el alumbrado de las fiestas patrias permanece en el Centro Histórico. De seguir algunos días más como hasta ahora, se juntará con el de la Revolución Mexicana y luego el de Navidad y Año Nuevo

Escrito en: octubre, Díaz, Echeverría, aquel

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