Y no me parece justo que a todos nos cataloguen de la misma manera. Lo triste es que mucho de lo que dicen es una realidad y que mucha gente entra al magisterio por palanca o porque pagó por su plaza. Tengo a bien conocer a maestros y maestras muy comprometidos con su trabajo, que lo aman, que se preocupan y que le invierten esfuerzo a lo que hacen.
Sin embargo no se pueden cerrar los ojos a la realidad, el magisterio esta muy demeritado y mientras la corrupción siga instalada en las instituciones de nuestro país esa seguirá siendo la realidad no solo en las escuelas sino en el seguro, en el ISSSTE, en el IFE, en todas las instancias de gobierno porque esa realidad de ineptitud esta en todas partes, aunado al desinteres social y al conformismo que tristemente caracteriza a nuestro pueblo.