Cuando mi amiga puso este libro entre mis manos le pregunté si en verdad creía que yo debía leerlo. Su respuesta fue: "¡Qué importa! Está muy divertido y quizás encuentres algo interesante". Devoré el libro en unas cuantas horas y, efectivamente, me divertí mucho; el autor, Steve Harvey, como buen comediante, expone las situaciones con mucho sentido del humor. Sin embargo, me ha dejado con muchas dudas sobre el pensamiento masculino.
Quisiera comenzar por decir que el título del libro no es necesariamente un reflejo del contenido. Harvey no pretende que las mujeres realmente pensemos como ellos, sino que descubramos lo que en verdad pasa por la cabeza de los hombres cuando se trata de amor, sexualidad y compromiso: "Deseo que se ahorren ser confundidas y engañadas por los juegos que los hombres han inventado para perpetuar la avaricia y egoísmo que le mostramos al mundo antes de convertirnos en los hombres que Dios quiere que seamos (...) Les voy a contar los secretos, la verdad acerca de los hombres, las cosas que desearíamos que ustedes supieran de nosotros, pero que no podemos revelarles, o perdemos...", declara.
Ante la dificultad que experimentan muchas mujeres para entender por qué un hombre no se compromete a una relación, Harvey afirma: "Si él no tiene claro quién es, qué hace y cuánto dinero logrará de la forma que cree justa, no hay manera de que sea para ti lo que todavía no es". Enseguida, explica que esto se debe a que el hombre siempre será juzgado y valorado por los otros hombres en virtud de esos tres aspectos, ya que desde temprana edad reciben mucha presión para demostrar su hombría a través de su profesión, sus logros o su puesto, y su capacidad económica.
Así, Harvey le dice a las lectoras que por más atractiva que le parezca a un hombre, si él no está resuelto "tendrá la mirada puesta en la meta, y esa meta puedes no ser tú si aún no llega adonde pretende; es imposible para nosotros concentrarnos en ambos propósitos".
Analizando mi experiencia y la de muchas mujeres que conozco, creo que Harvey es bastante realista. Sin embargo, me surge una duda: un hombre que no ha resuelto sus prioridades, ¿cómo percibe a una mujer que sabe lo que quiere, que gana más que él o que tiene una carrera sólida?
Según Harvey, hombres y mujeres manifiestan su amor de forma distinta. Ella espera que su pareja tenga gestos "románticos" para demostrarle cuánto la ama. Sin embargo, ese pensamiento no es realista, ya que un hombre -siguiendo las indicaciones de su ADN- hace tres cosas cuando verdaderamente AMA a una mujer:
A. PROCLAMA a los cuatro vientos que "eres su mujer", te presenta a todo el mundo con orgullo y te da un título para dar a entender que se ve a sí mismo en una relación a largo plazo, que está comprometido contigo: "Cualquier hombre que escuche a otro decir 'esta es mi mujer', sabe que cualquiera de los trucos/juegos/planes/trampas que tenía en mente para la sexy y linda mujer que tiene enfrente tendrán que ser archivados hasta que otra mujer soltera entre en el cuarto. Es una señal que todos los hombres reconocemos y respetamos, y significa: No puedes pasar".
B. PROVEE lo que haga falta para que su mujer y sus hijos estén bien: "La sociedad nos ha enseñado desde hace milenios que nuestra función primordial es proveer (...), este es el auténtico centro de la hombría. (...) Suena simplista, pero es la verdad", indica Harvey. En este punto, también cuestiona a las mujeres que actualmente no dejan que su pareja juegue ese rol, ya que al coartarlos, no les permiten cumplir con una parte fundamental de su naturaleza.
También advierte que hay muchos hombres que temen a esta responsabilidad, "ya sea por egoísmo, por estupidez o por pura incapacidad de hacerlo (...) Y si no provee, no se siente un hombre, y escapa de esos horribles sentimientos de incompetencia escabulléndose (...) incluso en el alcohol o las drogas.
Asimismo declara que hay hombres que simplemente se niegan a compartir el dinero con su mujer porque se sienten "usados" por ellas. A cualquier mujer que espere que su hombre provea, "la etiquetan con el feo y muy cómodo mote de 'trepadora' (...) La palabra 'trepadora' es una de las trampas que los hombres les hemos puesto para que no sepan dónde está nuestro dinero", advierte Harvey.
Por último, señala que hay otras maneras de proveer: aunque el hombre no tenga dinero, hará hasta lo imposible para compensar la situación.
C. PROTEGE. Aquí no hace falta dar demasiadas explicaciones: "Un hombre que te ama te ofrecerá amparo y dirección, a ti y a la familia, porque sabe que un hombre verdadero es un protector. No hay un hombre en el mundo que no proteja lo suyo. Así es como exigen respeto".
El autor termina el capítulo diciendo que los hombres no hacen las cosas que "los hombres auténticos hacen" porque nadie -especialmente las mujeres- les exige hacerlo.