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¿Estamos realmente educando con valores?

PADRES E HIJOS

Ignacio Espinoza Godoy

En este mundo que nos tocó vivir, en una sociedad tan involucrada, lamentablemente, en un ambiente de inseguridad e incertidumbre por la violencia que percibimos y captamos a través de los diferentes medios de comunicación, habría que preguntarnos si realmente estamos asumiendo con responsabilidad nuestro papel de padres para educar con valores a nuestros hijos.

La anterior interrogante viene a colación precisamente porque, con mucha frecuencia, nos enteramos a través de los noticiarios de que muchos de los delincuentes comunes, y también los relacionados con el crimen organizado, son de edades que oscilan entre los 17 a los 25 años, lo que nos habla de que nuestra sociedad está atravesando por una seria crisis de valores y una descomposición que evidencian que algo estamos haciendo mal, o que lo estamos dejando de hacer.

Esta problemática, si bien tiene varias aristas e involucra muchos factores, tiene su origen en la familia, en la falta de fomento de valores y principios, los que le dan sustento y forma a una persona que no se deja llevar ni deslumbrar tan fácilmente por ofertas tentadoras de dinero rápido, sin realizar mucho esfuerzo.

De acuerdo con estudios recientes, producto de un análisis minucioso, un alto porcentaje de los jóvenes que se han incorporado a las filas del crimen organizado proviene de hogares de escasos recursos económicos, situación que los ha obligado a delinquir, empujados por las difíciles condiciones de pobreza que rodean a sus familias, además de que es muy grande la tentación por ganar dinero fácil.

Sin embargo, también no hay que perder de vista que, además, muchos de estos jóvenes son obligados por la delincuencia organizada a incorporarse a sus grupos con la amenaza de que si se niegan, sus familias pagarán las consecuencias, y como la mayoría proviene de pequeñas comunidades rurales, las advertencias son tomadas muy en cuenta al constatar que su incumplimiento se paga con la vida propia y con la de sus seres queridos.

Quizá en estos casos podría haber cierta justificación, aunque no por ello deba decirse que hacen lo correcto, no obstante que las circunstancias en que viven los hacen presa fácil y el blanco ideal para no oponer mucha resistencia y caer en las redes de grupos criminales de las que, por lo general, es imposible escapar.

Inculcar valores en los hijos es una tarea cotidiana que tiene su fuente principal en los ejemplos, conscientes e inconscientes, que los padres les damos desde pequeños, por lo que de nada sirve que los adultos prediquemos hasta con regaños lo que está bien, si en la práctica –y nuestros vástagos lo observan todo- hacemos todo lo contrario. También, hay que tomar en cuenta que para que el proceso de enseñanza-aprendizaje de valores fluya naturalmente, depende de que nuestros hijos se sientan queridos y seguros, de desarrollar lazos estables y sólidos con los padres, con lo que tendrán, al mismo tiempo, una alta autoestima y mucha confianza en sí mismo. De acuerdo con especialistas en conducta y relaciones familiares, “sólo sobre una base de amor y seguridad los hijos podrán aprender e interiorizar los valores éticos correctos. Lo más importante: el ejemplo que demos los padres en su forma de relacionarse con los demás, de pedir las cosas, de ceder el asiento, de repartir lo que les gusta, de renunciar a algo, de defender a alguien, etc. Un comportamiento de los padres que transmite tolerancia, respeto, solidaridad, confianza y sinceridad empapa a los hijos de todos estos valores y aprenden a actuar respetándolos siempre”.

Entre los valores más importantes que debemos inculcar y fomentar a nuestros hijos destacan, entre otros, el respeto, la cortesía, la disposición a ayudar, el perdón, la consideración, la sinceridad, la tolerancia y la responsabilidad, a los que se podrían agregar muchos más; sin embargo, considero que éstos son algunos de los más importantes.

Finalmente, habría que tomar en cuenta que sólo a través del ejemplo cotidiano, de la práctica de los valores, con los padres como protagonistas, enseñando a los hijos en los hechos, es como podemos influir positivamente en ellos, así que de los padres depende que nuestros pequeños crezcan con valores, los que serán un cimiento muy fuerte que les permitirá salir adelante, sobre todo en situaciones adversas.

Agradezco sus comentarios al correo [email protected].

Escrito en: orientacion familiar consejos educacion para padres e hijos valores, padres, hijos, nuestros

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