Medio siglo después de haber protagonizado el primer vuelo del hombre al espacio, Rusia pretende volver a tomar la delantera, esta vez en la conquista de Marte, carrera en la que ahora compite no sólo con Estados Unidos, sino también con China.
"La Luna ya no puede ser el objetivo. El hombre no debe regresar de ninguna forma a la Luna. El próximo destino es Marte", asegura Vitali Lopota, presidente de la corporación Energuia, que fabrica las naves Soyuz, las únicas disponibles para viajes espaciales tripulados al concluir este año el programa de transbordadores de la NASA.
La crisis económica golpeó los programas especiales de las grandes potencias que han descartado por el momento la Luna y han decidido centrar todos sus esfuerzos en la conquista en la primera mitad de este siglo del planeta rojo.
Para ello, los rusos se proponen desarrollar naves espaciales tripuladas propulsadas por energía nuclear, que permitirían realizar el vuelo interplanetario (65 millones de kilómetros) en un plazo de tiempo 20 veces menor.
"Es un proyecto único. Un vuelo a Marte utilizando los actuales motores llevaría demasiado tiempo", aseguró Anatoli Permínov, jefe de la agencia espacial rusa Roscosmos.
Los diseños del nuevo cohete y del módulo espacial estarán listos en 2012, pronosticó Permínov, quien estimó en unos 600 millones de dólares la inversión necesaria para la financiación del proyecto.
"El trabajo estará terminado para 2019", resaltó el jefe de Roscosmos, que ha persuadido al presidente ruso, Dmitri Medvédev, para aprobar la financiación estatal.
El científico Anatoli Korotéev, director del Centro Keldish, que se encargará de la construcción de la nave, recordó que la utilización de energía nuclear para impulsar cohetes espaciales fue abordada por científicos soviéticos en la década de 1960.
De hecho, añadió que la URSS, la primera potencia que logró posar un módulo (Mars 3) en suelo marciano en 1971, llegó a construir algunos satélites de espionaje con motores nucleares de poca potencia para localizar submarinos.
En el marco del proyecto, la estación para la conquista de Marte incluiría un remolque de más de 100 toneladas, un módulo de carga, otro de aterrizaje y una pequeña nave de unas 10-15 toneladas para el traslado de los cosmonautas desde la Tierra.
No obstante, el alto coste del proyecto ya ha obligado a aplazar hasta finales de este año el lanzamiento de la nave rusa "Fobos-Grunt", que debía instalar una estación automática en el satélite Fobos, la luna del planeta rojo.
"Este es el primer proyecto, en el que sustancias vivas (50 clases de microorganismos) serán llevados a Marte, permanecerán allí algún tiempo y regresarán a la Tierra", comentó Anatoli Grigoriev, vicepresidente de la Academia de Ciencias de Rusia.
Esa nave es fundamental a la hora de estudiar el espacio y el clima colindante, las condiciones de ingravidez, la operación de aterrizaje en el suelo marciano y, sobre todo, "cómo la radiación afecta a la vida en ese planeta".
"Rusia se propone crear una estación para volar a Marte de 500 toneladas que acogería a una tripulación de cuatro personas durante dos años. Pero es muy costoso. El costo de poner en órbita un kilo de carga es de unos 35 mil dólares y su transporte a Marte es aún mucho más caro", dijo Lopota.
Por ello, Moscú es partidario de cooperar con el resto de potencias espaciales en la conquista del planeta rojo, aunque sin dejar de lado sus aspiraciones nacionales.
Mientras tanto...
Por su parte, la NASA ha tenido que recurrir al sector privado para cumplir con su objetivo de alcanzar un asteroide del planeta rojo en 2025 y Marte en 2030, mientras el lanzamiento de la primera sonda de exploración china también ha sido pospuesto para finales de este año.
La obsesión del hombre con Marte nació hace muchos siglos, pero no fue hasta 1964, gracias a la sonda estadounidense Mariner 4, que se recibieron las primeras imágenes de la superficie desértica y helada marciana.
Por lo que se sabe hasta ahora, Marte, que ha sido comparado con la Antártida por sus bajas temperaturas, contiene gases y minerales, y acoge agua en estado líquido, lo que ha hecho aventurar a algunos científicos que en el planeta rojo es posible la vida.
En junio del pasado año arrancó en Moscú el mayor simulacro internacional de vuelo a Marte en el que participan Rusia, la agencia espacial europea (ESA) y China, y que se prolongará durante 500 días.
La odisea espacial de los seis "martenautas" -tres rusos, un francés, un ítalo-colombiano y un chino- intenta estudiar la resistencia del ser humano en condiciones de aislamiento prolongado, una de las mayores dificultades en los vuelos interplanetarios.
Además la nave tripulada Soyuz TMA-21, que lleva el nombre de "Gagarin" en honor al primer hombre que viajó al espacio, se acopló este miércoles con éxito a la Estación Espacial Internacional (EEI), informó la NASA.
La NASA publicó esta semana un video animado de cómo llegará el vehículo explorador Curiossity a Marte, como antesala de la llegada de los humanos.