"La Cannabis difiere del alcohol... en un punto importante. No parece incrementar las conductas riesgosas."
British Advisory Council on the Misuse of Drugs
No hay peor hipocresía que la de un adulto que, con un trago en la mano, encarcela a un joven por fumar marihuana. Los políticos nunca considerarían prohibir el alcohol porque ellos mismos lo consumen, pero en cambio encarcelan a miles cada año por consumir una sustancia que, si acaso, sólo a los consumidores les hace daño.
Lo más injusto es que el alcohol es una sustancia mucho más dañina para la salud y riesgosa para los demás que la marihuana. Si la sociedad está justificada en encarcelar a alguien por consumir voluntariamente un producto, éste debería ser el alcohol y no la Cannabis.
Cada año se registran decenas de miles de muertos en Estados Unidos, y quizá millones en el mundo, por ingesta excesiva de alcohol. En 2003, según el Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos, murieron 20,687 personas en ese país por tal causa. Por otra parte, más del 30 por ciento de los accidentes con muertes en Estados Unidos involucran a un conductor que ha consumido alcohol. La cifra en 2008 fue de 13,846 según AlcoholAlert. Me imagino que también hay muertes por conducir bajo el influjo de la Cannabis, pero no hay información oficial sobre ello. El tabaco es el gran asesino: provoca más de 400 mil muertes al año sólo en Estados Unidos.
Según un estudio de Robert Gable publicado en American Scientist en 2006, la dosis mortal para el alcohol es apenas 10 veces superior a la dosis efectiva, esto es, aquélla con la que se obtiene el resultado de euforia que se busca en el consumo. Si una persona puede lograr un estado de alegría con el consumo de dos copas, se requieren solamente 20 copas para producirle la muerte. La cocaína es menos dañina ya que la dosis fatal es 15 veces superior a la efectiva. En cambio, la diferencia entre la dosis letal y la efectiva en la marihuana es superior a mil veces. En otras palabras, habría que fumar más de mil cigarrillos en una hora para producir una muerte por sobredosis. Pero ésta es más bien una tasa teórica, porque es imposible tener un consumo que se acerque siquiera a esa cantidad.
El consumo de largo plazo de alcohol es también más dañino para la salud que el de marihuana. Un consumo constante aunque moderado de bebidas alcohólicas suele producir cirrosis hepática. En cambio la marihuana no genera males crónicos. Puede producir un deterioro de la memoria y la coordinación, pero sólo de manera temporal y con una recuperación completa cuando se suspende el consumo. Por otra parte, el alcohol es muy adictivo para algunas personas y genera alcoholismo. El grado de adicción de la marihuana es bastante menor al alcohol y, por supuesto, al tabaco.
El alcohol provoca acciones agresivas que a menudo resultan en heridas o muertes de terceros. La marihuana, por el contrario, genera una actitud pasiva y pacífica, el síndrome "peace and love". El alcohol es con frecuencia un ingrediente en las violaciones y otras agresiones sexuales, pero la marihuana inhibe estas conductas.
No pretendo con estos argumentos pedir la prohibición del alcohol como en Estados Unidos entre 1920 y 1933. Esto ocasionaría una nueva y violenta guerra, peor que la que hoy tenemos por el narco. Simplemente, considero que el Estado no tiene derecho de prohibir a los individuos el uso de ninguna de estas sustancias.
Nadie puede cerrar los ojos, sin embargo, a la hipocresía de los políticos que, con una copa en la mano, condenan sin chistar a miles de jóvenes a la cárcel por el simple hecho de consumir mota.
PARA LA SALUD
Pero el alcohol tiene beneficios para la salud: una o dos copas al día reducen el riesgo de enfermedades cardiacas. También la Cannabis, que tenía amplios usos terapéuticos antes de la prohibición. La marihuana, por ejemplo, es el mejor medicamento contra la náusea que nos ha dado la naturaleza.