'No', única respuesta de la ciencia a las drogas: experto
Rodrigo Marín Navarrete, investigador de ciencias médicas y coordinador de la Unidad de Ensayos Clínicos del Instituto Nacional de Psiquiatría, dijo que la ciencia sólo puede dar un “no” a la legalización de drogas, porque entre mayor disponibilidad de sustancia exista, menor percepción de riesgo se da entre los adolescentes.
Por lo tanto, aquellos que están en una edad de riesgo complicada, al disminuir ese umbral, van a optar por consumir más.
Entrevistado en el marco del Primer Simposium Internacional sobre Adicciones, que se realiza en la Universidad Iberoamericana, dijo que existen muchos estudios en otras partes del mundo que muestran esa tendencia.
“El problema aquí es si consumen o no consumen y si consumen qué es lo que pasa cuando lo hacen. Lo cierto es que como científico puedo decir es que hay muchos cambios metabólicos y neurobiológicos a nivel cerebral que nos dan este índice para que los científicos digamos ‘no, no creo que sea muy buena idea despenalizarla’”.
Desde su punto de vista, la adolescencia, que es la etapa de la vida con mayor vulnerabilidad, se vería verdaderamente mermada, porque el cerebro está todavía en un momento de maduración y al ser afectado por un tóxico, evidentemente tendrá alteraciones en el desarrollo.
“Vamos a tener sujetos más impulsivos, personas con menor poder de concentración, vamos a ver personas más distraídas y ello va a pegar además en otro tipo de tasas que nos van a afectar, por ejemplo en lo laboral, lo escolar y demás”.
Entonces, la vida de las personas se puede afectar de manera significativa a lo largo del tiempo cuando se legaliza.
Dijo que la historia ya nos ha dado lecciones suficientes. Existen dos drogas legales a nivel mundial, que son el tabaco y el alcohol y las evidencias señalan que el mayor número de muertes en adolescentes y jóvenes se da por accidentes en los que está involucrado el alcohol y otras drogas.
Otro problema son las patologías físicas que se desarrollan a lo largo del tiempo. Así, mucha gente se muere por consumir sustancias que están disponibles, como el tabaco, que produce cáncer o la enfermedad obstructiva pulmonar. En el caso del alcohol, la gente se muere por cuestiones hepáticas.
“Entonces, si investigamos bien, vamos a acabar encontrando que no vale la pena correr esos riesgos”, dijo y abundó que las edades más vulnerables van desde los 14 a los 25 años de edad, que son la pre adolescencia, la adolescencia y la adolescencia tardía.
El también profesor de asignatura de la Universidad Iberoamericana pidió reflexionar sobre qué tipo de jóvenes queremos y qué adultos también para el mañana.