Votarán en Bélgica para despenalizar la eutanasia en menores
Bélgica se prepara para el voto el próximo jueves en el Parlamento de la ley que despenalizará la eutanasia a los menores, una propuesta controvertida que, de aprobarse, convertirá al país en el segundo en el mundo -después de Holanda- en contar con una legislación de ese tipo.
El objetivo es permitir a niños y adolescentes optar a la eutanasia médica en supuestos muy restringidos, cuando padezcan un "sufrimiento físico insoportable y su muerte a corto plazo sea inevitable".
Para ello, deberán contar con una autorización escrita de sus padres y una evaluación psicológica.
La extensión a niños y adolescentes de la ley sobre la eutanasia cuenta ya con el respaldo del Senado, que le dio luz verde el pasado diciembre gracias al apoyo de socialistas, liberales, ecologistas y de los nacionalistas flamencos del N-VA.
Los cristianodemócratas y los ultraderechistas flamencos del Vlaams Belang votaron en contra.
Ante el temor a la aprobación definitiva de la ley, la iglesia belga hizo esta semana un llamamiento a la población para "despertar las conciencias y provocar un último debate público", con el objetivo de sumar voces contra el proyecto.
La petición se dirige a los católicos, pero también a los "otros cristianos, a creyentes de otras religiones, a agnósticos y a ateos", según un comunicado, que explica que "no es demasiado tarde" para oponerse a la ley.
La iglesia cuestiona en particular la coherencia de esa normativa, y la utilidad de esa ampliación, al considerar que no existe una demanda real.
La archidiócesis de Malinas-Bruselas convocó para el pasado jueves un día de ayuno y una velada de oraciones que fue seguida en distintas iglesias de la capital y de la región de Flandes y que, en la basílica de Koekelberg (Bruselas), reunió a unas mil personas.
Actos similares se van a celebrar hoy en la localidad de Wavre (centro de Bélgica) y el día 11 en Lieja (este del país).
Diarios como el francófono "Le Soir" se preguntan hasta qué punto tendrá impacto el llamamiento de los prelados a una población que, aunque mayoritariamente católica, se declara poco practicante.
Previo al voto del pleno del Parlamento el jueves, los diputados belgas debatirán la normativa el miércoles.
Una vez aprobada por las dos Cámaras, la ley deberá ser firmada por el rey Felipe, un acto puramente simbólico, aunque indispensable.
Precisamente hace unos días, Jessica Saba, una niña canadiense de cuatro años que supuestamente nació con una grave malformación cardíaca, dirigió una petición al rey de los belgas a través de un vídeo colgado en Youtube, en la que le suplica que no refrende el texto "por el bien de los niños enfermos".
La petición ha hecho recordar a los belgas el episodio vivido cuando en 1990 el rey Balduino, católico convencido, renunció provisionalmente a sus poderes constitucionales para evitar firmar una ley sobre el aborto contraria a sus convicciones religiosas.
La ley vigente sobre la eutanasia, en vigor desde 2002, se puede aplicar a los enfermos que lo soliciten y estén afectados de dolencias incurables que les ocasionen "sufrimientos físicos o psíquicos constantes e insoportables".
Los pacientes deben contar con la opinión favorable de un médico que certifique la gravedad de su padecimiento.
La normativa prevé además que un segundo médico sea consultado antes de que se practique cualquier eutanasia, e incluso exige que se someta a una tercera opinión para los pacientes que no tienen una enfermedad terminal.
La cifra de eutanasias practicadas en Bélgica alcanzó un récord histórico en 2012, con un total de 1.432 casos, un 25 % más que en el año precedente, según datos de la Comisión Federal de Control y de Evaluación de la Eutanasia.
Además de Bélgica, la eutanasia "activa" -con asistencia médica- está despenalizada en Europa en Holanda, Luxemburgo y Suiza.