Satánico hace de las suyas
Las cuerdas se tensaron, el ring fue cubierto por la lona, las luces se encendieron y la adrenalina estalló al máximo con la función de lucha libre profesional de Humo Promociones, la cual fue patrocinada por El Siglo de Durango.
Cinco luchas de intensidad fueron las que se pudieron apreciar en el Diamond Gym, el cual lució un lleno "hasta las lamparas".
ACCIÓN
Después de la presentación oficial de los luchadores, en donde por el bando de los técnicos salieron Scoria, quien fue el luchador sorpresa, Máscara Sagradas Jr. y Fulgor, quienes enfrentaron a los peligrosos rudos comandados por el legendario Satánico, quien hizo equipo con Joe líder y rey Templario.
En la primera caída, los rudos no tuvieron problemas para levantar la mano.
En tanto que en la segunda, Scoria, Mascara Sagrada Jr. y Fulgor emparejaron la contienda.
La emoción se vivió al máximo con la tercera caída en donde Joe Líder atendió a Fulgor a placer.
TRIUNFO
En el clímax de la contienda, Scoria voló fuera del ring sobre Líder, y Fulgor contra Rey Templario para dejar en un mano a mano al Satánico y Mascara Sagrada Jr.
Sin embargo, en una distracción del réferi fue aprovechada por el experimentado Satánico alegando un foul inexistente. La autoridad sobre el ring decretó el triunfo del Satánico y los suyos, volviendo hacer de las suyas.
SANGRE
En la semifinal los contendientes se dieron con todo lo que encontraron haciendo que los duranguenses vibrarán con la lucha extrema.
En modalidad de triple pareja, Fantasma de la Opera y Carta Brava lucharon contra Ovett y Ángel o Demonio, mientras que los duranguenses Siniestro y Engendrox le entraron a la repartición de golpes y heridas.
La sangre de los gladiadores corrió por el escenario, en donde los locales se llevaron el triunfo.
Engendrox dejó fuera de combata y del ring a Ovett, mientras que Ángel o Demonio midió fuerzas con Siniestro; el duranguense aprovechó la distracción del capitalino con Fantasma de la Opera, para poner las espaldas planas del Ángel o Demonio y llevarse la lucha.
Al final, los capitalinos derrotados reconocieron el talento y nivel de los gladiadores locales.