Combatientes del grupo extremista Estado Islámico de Irak y el Levante asaltaron el jueves algunas partes de una asediada base militar en el norte de Siria, en combates que dejaron decenas de muertos o heridos en ambos bandos, según activistas.
El ataque, que comenzó poco después de la medianoche, ocurrió una semana después que combatientes de Estado Islámico capturaron un yacimiento de gas en la provincia central de Homs, un ataque en que murieron más de 200 personas.
Simultáneamente, un funcionario de la ONU informó que nueve camiones con suministros de primera necesidad entraron en Siria procedentes de Turquía, empleando uno de cuatro cruces fronterizos recientemente autorizados por el Consejo de Seguridad de la ONU para entregar ayuda rápidamente a millones de necesitados.
Amanda Pitt, vocera de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, dijo el jueves que el convoy pasó por el cruce de Bab al-Salam con alimentos, tabletas para purificación del agua y materiales de sanidad y albergues. "Creo que es el primer convoy que entra en Siria por uno de los cuatro cruces fronterizos según la resolución del Consejo de Seguridad", afirmó.
El Consejo aprobó por unanimidad una resolución el 14 de julio que autorizó la entrega de ayuda a los sirios en zonas en control de los rebeldes sin aprobación del gobierno por dos cruces en Turquía, uno en Jordania y otro en Irak.
Los milicianos del Estado Islámico han tomado en las últimas semanas una amplia extensión de territorio contiguo a ambos lados de la frontera entre Siria e Irak, donde han declarado un califato autónomo. También han capturado buena parte de la provincia petrolífera siria de Deir el Zur, fronteriza con Irak.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en el Reino Unido, dijo que el asalto comenzó con dos ataques suicidas con coches bomba. Helicópteros del ejército atacaron posiciones yihadistas en torno a la base, conocida como División 17, en la provincia de Raqqa.
El Observatorio señaló que en los combates murieron 35 combatientes de Estado Islámico y decenas de efectivos del gobierno murieron o resultaron heridos, incluso seis soldados que fueron decapitados. Ambos bandos intercambiaron fuego de morteros y artillería.
Los Comités Locales de Coordinación, otro grupo activista, dijeron que la fuerza aérea había efectuado 12 ataques en torno a la División 17 y la vecina capital provincial de Raqqa, controlada por el Estado Islámico. Los helicópteros del ejército dejaron caer explosivos alrededor de la base.
El puesto militar está bajo asedio rebelde desde que buena parte de la provincia de Raqqa cayó el año pasado ante los combatientes opositores. El Estado Islámico, que controla la región, ha intentado tomar la base en varias ocasiones.
En el conflicto sirio han muerto al menos 170,000 personas, un tercio de ellas civiles, y han sido desplazados 9 millones, un tercio de la población del país.