¿Qué hace la Iglesia Católica en México por la paz? La Iglesia Católica siempre trabaja en la construcción de la paz, sin embargo, la magnitud de la violencia que está viviendo el país hace que estos esfuerzos sean insuficientes.
Las víctimas y sus familiares son las primeras personas que necesitan de nuestra ayuda, pero este trabajo no se puede alcanzar sin justicia, sin restablecer el Estado de Derecho, sin reconocer y responsabilizar por el daño hecho, para entrar de lleno a una etapa de reconciliación y transformación social que cure las heridas y que propicie la paz y desarrollo que tanto anhelamos los mexicanos.
Los obispos de México, han encomendado a la Comisión Episcopal para la Pastoral Social (CEPS), a través de la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación, Fe y Política, trabajar por la apropiación e implementación de la Exhortación Pastoral de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) "Que en Cristo nuestra paz, México tenga vida digna" (2010).
Desde entonces el trabajo de esta Dimensión se ha basado en responder a las preguntas que nos hacen nuestros agentes pastorales en su trabajo cotidiano: "¿qué y cómo impulsamos la construcción de la paz y la ciudadanía permanente?". No hay una respuesta única, se han elaborado Directrices que contienen muchas respuestas, ideas, reflexiones y experiencias útiles en este trabajo, se intenta ordenarlas y sistematizarlas para poderlas compartir de una manera más práctica. Se trata de insumos de reflexión, fundamentación y algunas herramientas de apoyo.
Con base en nuestra fe y en la experiencia, reconocemos que no es fácil restablecer la paz, se trata de un proyecto de largo aliento que requiere construirse sobre bases firmes de justicia y reconciliación, lo cual implica fortalecer y restablecer las relaciones y transformar las instituciones y los sistemas injustos.
Toda la Iglesia estamos en Campaña permanente por la paz en México: POR1MEXICOENPAZ (#por1méxicoenpaz). Desde el 30 de noviembre iniciamos un docenario de ORACIÓN POR LA PAZ, hasta el 12 de Diciembre y continuándola en forma permanente.
Existen en nuestro país grupos, movimientos, Arquidiócesis y Diócesis, que se han comprometido en la construcción de la paz en estos momentos en que es urgente la necesidad de paz y reconciliación en México; una muestra de ello es el "Acompañamiento Integral a Víctimas de las Violencias en la Arquidiócesis de Acapulco, construcción de paz de cara a la crisis humanitaria en México", encabezado por Monseñor Carlos Garfias Merlos, Arzobispo de Acapulco y de toda la Provincia de Acapulco (con las Diócesis de Ciudad Altamirano, Tlapa y Chilpancingo-Chilapa).
¿Como se ha dado este acompañamiento? Se ha dado en alguna o varias de cuatro modalidades: pastoral, espiritual, psicosocial y jurídico. Se busca que las víctimas se reconcilien y se reconstituyan con ellas mismas para evitar que se conviertan en personas llenas de rencor, que busquen venganza o se conviertan en nuevos victimarios. Muchas de estas víctimas acompañadas, hoy participan como promotores y constructores de paz en sus comunidades.
Los gobiernos federal, estatales y municipales del país tienen la obligación y compromiso de recuperar el Estado de Derecho lo más pronto posible y castigar a los infractores, sean estos delincuentes comunes o funcionarios corruptos u omisos, pues sin verdadera justicia es fácil volver a delinquir, pero también nos toca a todos como sociedad participar y construir paz. Debemos transitar por los caminos de la sinceridad y la verdad. Sin la identificación de los responsables, sin el conocimiento de lo que realmente ha ocurrido, son imposibles el arrepentimiento y el perdón sinceros. La verdad no cierra los ojos, ni los oídos, ni la boca. Establecer la verdad es una condición básica para la reconciliación.
Estamos convencidos que la situación de violencia e inseguridad puede transformarse generando procesos conjuntos, interdisciplinares e interinstitucionales; construyendo relaciones de confianza que irrumpan en capacidades de incidencia y desarrollo de iniciativas locales de paz.
¡Que en Cristo nuestra paz, México tenga vida digna!