Ramiro y Joel, a clases el lunes

Luego de permanecer 10 días en el "área de detenidos" del Centro de Reinserción Social (Cereso) No. 1, los maestros Ramiro Ramírez Martínez y Joel Díaz Bueno, anunciaron su regreso el próximo lunes a dar clases, mientras que ratifican que su detención se da más en un marco político que legal.

"Afortunadamente hubo diálogo y es que lo que queremos apostar a estas alturas, más que caer en controversias sobre los claroscuros que tiene la ley en la entidad y en el país", comentó Ramiro Ramírez.

Los docentes platicaron a El Siglo de Durango que fueron 10 días los que permanecieron en el "área de detenidos" del Cereso, en donde no recibieron ningún mal trato, si no por lo contrario, hubo buenas atenciones.

Independientemente de la forma tan abrupta en la que se llevaron a cabo las detenciones, Ramiro y Joel refieren que no hubo ningún tipo de maltrato durante su detención, sí como tampoco estuvieron incomunicados de sus familias.

Las exigencias para obtener mejores condiciones para el magisterio continuarán, pero privilegiando el diálogo que ya se ha entablado con autoridades educativas y Secretaría General de Gobierno.

Indicaron que continuarán participando en acciones que no afecten a terceros y no afecten las condiciones que la Fiscalía General les puso para dejarlos en libertad.

Y aunque ellos hablan de que se han disculpado con los terceros afectados por sus actos, Sonia Yadira De la Garza Fragoso, fiscal General del Estado (FGE), quien se encontraba en comparecencia en el Congreso Local, mientras que los maestros se encontraban en la Plaza de Armas, señaló que la disculpa pública la deben a quienes afectaron con la privación ilegal de la libertad.

"El problema no es la libre manifestación, sino la comisión de los delito de motín y privación de la libertad, en los que incurrieron a pesar de las advertencias que ya se les habían hecho", dijo.

Se les concedió la libertad al ser primodelincuentes, pero a cambio deben mejorar su forma de proceder, según el acuerdo que se logró entre autoridades y maestros inconformes.

Es valido que se manifiesten en contra de la Reforma Educativa, pero no que interrumpan los servicios públicos, no bloqueen calles impidiendo que la gente llegue a tiempo a su trabajo o ala escuela de sus hijos y no se causen daños físicos a otras personas y propiedades.