El padre Soárez charlaba con el Cristo de su iglesia. Le dijo contristado:
-Señor: ya no hay devoción religiosa.
Respondió el Cristo:
-Tienes razón. Ya no hay devoción religiosa. Eso para mí no es novedad: desde que conozco el mundo en él no ha habido nunca verdadera devoción religiosa.
Contestó al padre Soárez:
-Ahora hay menos que antes.
Jesús le preguntó:
-¿Por qué lo dices?
Explicó el buen sacerdote:
-Convoqué a las mujeres de la parroquia a inscribirse en la Congregación Vicentina. Su respuesta me sorprendió: por centenares acudieron a inscribirse.
El Cristo se desconcertó:
-¿Y por eso dices que ya no hay devoción religiosa?
-Sí -confirmó con tristeza el padre Soárez-. Se inscribieron en la Congregación Vicentina porque pensaron que era un club de fans de Vicente Fernández.
¡Hasta mañana!...