De acuerdo con la opinión de Xavier Cuanalo Campos, médico del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), la Enfermedad Vascular Cerebral o ECV se presentaba en etapas avanzadas de la vida y se asumía como parte del envejecimiento; actualmente con la alta prevalencia de obesidad, diabetes e hipertensión este padecimiento se presenta cada vez más con mayor frecuencia en edades más tempranas, como en la quinta década de vida. "Esta enfermedad puede describirse como una alteración de salud que se caracteriza por su aparición brusca o súbita, generalmente sin aviso previo, con síntomas de 24 horas o más, y por lo regular deja secuelas e incluso puede llevar a la muerte", detalló el médico urgenciólogo del ISSSTE.
El especialista adscrito al Hospital General del Instituto "Dr. Santiago Ramón y Cajal" explicó que hay distintas presentaciones de la ECV, aunque generalmente se agrupan en dos: isquémica y hemorrágica. Complementó que depende del tipo de evento se produce una sintomatología específica, pero hay puntos de identificación básica.
Enlistó que entre estos síntomas que se da súbitamente, hay una pérdida notaria del estado de alerta haciendo que el paciente se duerma o desmaye, disminución de la fuerza muscular e incluso la presencia de asimetría facial o parálisis facial. Comentó que esta última característica es la que los pacientes "identifican como el hecho de que se enchueca la boca", dijo.
Un EVC, agregó el galeno del ISSSTE, suele ocurrir cuando una arteria se obstruye, lo que produce una interrupción repentina del flujo sanguíneo cerebral, aunque, precisó, también puede ser el resultado de la ruptura de un vaso sanguíneo, dando lugar a lo que se conoce como un derrame. Sus secuelas, dijo, van desde leves hasta severas, incluyendo parálisis, dificultad para hablar, problemas motores, entre otros.