No quieren entender que su tiempo ya se acabó

Lo más correcto y lo más decente es que quien pierde se retire de la contienda y que deje a los demás organizarse y definir. Así debería de ser en el PRI, es decir, los perdedores hacerse a un lado para que los demás nombren a quien los va a representar en el estado. El problema es que quien perdió quiere seguir imponiendo y eso es lo que los demás exgobernadores ya no quieren, aunque Pedro Ávila Nevárez (don Pedrito, como se le conoce en todo Durango) anda pidiendo expulsar a esos tres exgobernadores de la filas priístas: Ángel Sergio Guerrero Mier, Maximiliano Silerio Esparza y José Ramírez Gamero.

Pedrito los acusa de haber traicionado al PRI en la pasada elección del 5 de junio, pero siendo honestos, más que Pedro, creo que existe alguien que por ahí lo está sonsacando para que pida esta expulsión o al menos dejar esa impresión, de que fueron traidores quienes provocaron la derrota del PRI y así los que se acaban de ir lavarse las manos y seguir imponiendo, y con ello poder decidir en la renovación de la dirigencia estatal y que no entre nadie del grupo de estos tres exmandatarios.

Pero entre los mismos priistas existe una guerra entre ellos de gran dimensión: no es solo el pleito que existe entre los tres exgoberandores contra el que se acaba de ir, o del que se acaba de ir contra los tres exgobernadores.

Está otro pleito que desde mi punto de vista es más fuerte: es el de Leticia Herrera y el Gobernador que se acaba de ir y pongámosle el nombre, Jorge Herrera Caldera, y ahí es donde se van a enfocar las baterías, porque este pleito sí puede provocar una fuerte división entre los simpatizantes de este partido.

Y es que ahora que no hay gobernador priísta, entonces todos los grupos buscan imponer condiciones y lo peor es que el grupo que se acaba de ir no ha entendido que ya pasó su tiempo y que durante su tiempo perdieron la gubernatura, razón por la cual son los perdedores y son los causantes de la derrota del PRI y por consiguiente deberían abandonar la carrera con rumbo a la novación de la dirigencia, como lo hizo Roberto Madrazo Pintado cuando perdió el PRI por primera vez la Presidencia de la República.

El problema radica en que este grupo que perdió no acepta que fue su culpa la derrota priísta y busca imponer, ante la opinión ciudadana y de su partido, que fueron traicionados. Este grupo no se quiere ir y quiere seguir mandando y quiere seguir teniendo el poder y quiere seguir imponiendo a su gente. Por ello se vislumbra una guerra interna de gran calado en ese partido.

Lamentablemente esto nos habla de que quienes se fueron no saben perder no saben hacerse a un lado para que entren los demás; no saben que su turno ya pasó y que muchos priistas no los vieron bien durante esos seis años, pero tuvieron que aguantarse. Ahora ese grupo que perdió debe hacer lo mismo: aguantarse y hacerse a un lado.

Que los que perdieron e hicieron perder al PRI no se prepararon para este momento, pensaron que serían eternos y que tendrían el poder siempre, que podrían mover las piezas a su antojo y me refiero a piezas a los priístas, que podrían decir "tú te queda y tú te vas, tú haces esto y tú dices esto"... pero no han entendido que querer dominar y controlar al PRI como lo hicieron fue su acabose y por ello, por el bien del mismo PRI, deben hacerse a un lado y aprender a perder y a entender que su tiempo ya pasó, que deben dejarles estos nuevos tiempos a otros, que si no supieron mantener la gubernatura, no pueden seguir manejando el partido.

Lamentablemente creemos, no solo el que escribe sino varios columnistas más, que esto no va a ser así y que van a seguir peleando la dirigencia. Por ello el pleito con Leticia Herrera será de gran magnitud. Por ello también el pleito con los tres exgobernadores y, entonces, no vemos una salida buena para el priísmo en Durango, no mientras los perdedores no entiendan que su tiempo ya acabó.