Crece y se multiplica el descontento por el gasolinazo
Si el gobierno federal imaginó que tras las fiestas de Año Nuevo, con el regreso a las tareas y afanes ordinarios, se irían desvaneciendo las protestas en contra del gasolinazo, se equivocó. A dos semanas de los incrementos del 20 por ciento a las gasolinas, millones de mexicanos a lo largo y ancho del país siguen en pie de protesta; en capitales y municipios crecen las manifestaciones de repudio por esta medida injustificada. Ni la explicación sobre la "gallina de los huevos de oro" ni cualquier otra excusa que haya usado de Enrique Peña Nieto ha podido frenar el descontento popular o calmar los exacerbados ánimos.
Ahora, nada fácil resulta predecir un entorno de estabilidad social y económica en el país, porque la ciudadanía considera totalmente injusto el gasolinazo y, de hecho, lo adjudica a un mal manejo de gobierno, además de que no se nota una actitud empática de las autoridades.
Los aumentos en cascada en todos los productos y servicios han orillado a la población a un ajuste cruel de su economía, el enésimo en el actual sexenio y, por su parte, el gobierno federal solamente en el discurso ha hecho mención de algunas medidas de austeridad, sin que especifique cuáles o cómo se aplicarán. La permanente demanda social de reducir el gasto de las instituciones de gobierno, así como salarios y lujos de funcionarios de primero y segundo nivel ha seguido intocable. Con sólo insinuar que los diputados deban renunciar a un porcentaje de su sueldo, basta para que los aludidos salgan a defender, ellos sí, cada peso que se les paga.
Algunas instituciones, como el Instituto Nacional Electoral, han recortado sus presupuestos -que de todas formas son muy jugosos- ante las repercusiones del gasolinazo y ciertos gobiernos estatales han hecho lo propio, aun cuando es muy poco comparado con lo que falta por hacer.
Ayer tuvo lugar una nueva megamarcha nacional y simultáneamente se realizaron marchas y manifestaciones en la mayor parte de entidades. El furioso rechazo a los aumentos se mantendrá también a través de otras medidas.
Sin duda, el gasolinazo ha unido a los mexicanos, pero la falta de organización sigue latente. La carencia de conducción o de liderazgos sólidos podría propiciar que toda la fuerza se puede extinguir o desviarse en el objetivo común que persiguen las protestas.
En Sinaloa y Baja California, por ejemplo, la gente ha logrado unirse para alcanzar beneficios sustanciales. En Sinaloa, un contingente se metió al Congreso estatal y obligó a los diputados a renunciar a diversas prebendas y a bajarse el salario; en tanto, los habitantes de Baja California mantienen un boicot contra el gobierno estatal: no están pagando ningún impuesto en este inicio de año. De hecho, es la primera vez que la población expresa tal rechazo a una administración estatal panista desde que ganó las elecciones Ernesto Ruffo Appel al inicio de los años noventa, logrando así consolidar por primera vez en la historia un triunfo de la oposición en un estado de la república.
El país se encuentra, entonces, en una etapa de convulsión, tendiente a incrementarse todavía más el mes entrante con otro aumento a las gasolinas, el cual será del ocho por ciento, que acabará por volver inalcanzables diversos artículos para la mayoría de los mexicanos y modificará a la alza los niveles de inflación actuales. No acaba de tocar fondo la crítica situación del país y, si se le suma el factor Donald Trump, podría agravarse la situación más allá de lo pueda predecirse.
Son tiempos de actuar con absoluta responsabilidad y el gobierno está obligado a poner la muestra, a establecer un plan de contención muy efectivo, antes que nuestro país quede hundido en la insuficiencia financiera y antes de que se desborden por completo las pasiones sociales, para lo cual no falta mucho.
EL AUTO DE soltura de los tres detenidos por la toma de las instalaciones de Petróleos Mexicanos le baja intensidad al movimiento de protestas contra el gasolinazo en Durango. En teoría, es imposible que los detenidos tengan más de 60 millones de pesos para pagar los daños causados que reclama la paraestatal, tras una semana del bloqueo en su planta...AHORA RESULTA QUE no aparece factura alguna, ni recibo o evidencia en papel sobre los cobros por concepto de renta de las instalaciones del Bicentenario, de más de 50 mil pesos por evento. Mucho tiene que investigarse al respecto....HASTA EL MOMENTO, unos 50 mil dueños de vehículos han pagado su refrendo en estas dos primeras semanas del año; de seguir así la afluencia, muy pronto se recaudará lo estipulado.
Twitter @rubencardenas10