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JESÚS MENA VÁZQUEZ

El próximo 20 de enero Donald J. Trump jurará como Presidente de los Estados Unidos y a partir de ese momento comenzará un año muy complicado para la administración del Presidente Peña Nieto, quién pide a los mexicanos unión y comprensión ante el escenario tanto externo como interno en extremo complicado.

Sin embargo, al igual que muchos analistas, coincido en que pedir aún más sacrificios a la población sin que la clase política que encabeza el Presidente de la República entienda que el origen del desencanto es que la clase política actúa como de costumbre, sin hacerse corresponsable de los problemas que ella misma ha creado y, al igual que en otras crisis, pasa la factura de sus errores a la población.

Nuestro sistema político fue creado con la premisa de garantizar la gobernabilidad mediante acuerdos corporativos con los diferentes sectores. En la vida diaria la consecuencia de esto, como lo reporta una nota reciente del periódico Reforma, es que los trabajadores sindicalizados de Pemex tienen entre sus prestaciones transferencias para cubrir consumos de gasolina y gas LP. Estas y otras condiciones abusivas para trabajadores activos y pensionados son parte de las causas de que muchas instituciones del estado tengan una condición financiera extremadamente vulnerable.

Me imagino que condiciones parecidas disfrutarán los trabajadores sindicalizados de la CFE. Tendríamos que escribir otro artículo para cubrir el tema de las prestaciones que tenían los maestros hasta antes de entrar en vigor la reforma educativa; en resumidas cuentas se puso como prioridad del sistema el control político de los maestros mediante concesiones que iban en contra del derecho de nuestros niños a una educación de calidad.

Si a las amenazas del próximo Presidente de los Estados Unidos y al diseño institucional dedicado por décadas a financiar las exigencias de los grupos corporativos sin pensar en la quiebra financiera del estado en el largo plazo, sumamos la violencia de los grupos de la delincuencia organizada y la corrupción e impunidad tan características de la clase política mexicana tenemos un coctel explosivo para el que no hay un fecha precisa o evento que lo detone.

Así, el sistema político que creó y permitió todos los vicios que aquejan a nuestra vida pública, nos vuelve a pedir, como se ha hecho común en las últimas tres décadas, que los ciudadanos pongamos nuestra parte para salvar a un sistema que está en quiebra -moral y económica- por las decisiones que tomó para garantizar la gobernabilidad en perjuicio del bienestar de sus ciudadanos.

Twitter: @jesusmenav

Escrito en: Vida pública sistema, Presidente, clase, política

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