Capacidad del gobierno, en duda
Según datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), elaborada por el INEGI, el 53.1 por ciento de los ciudadanos que participaron en el ejercicio, radicados en la ciudad de Durango, considera como poca o nada efectiva la capacidad del Gobierno para resolver problemas; mientras que en La Laguna, el 66.7 por ciento tiene la misma percepción.
En la encuesta aplicada en la ciudad de Durango a 360 mil 812 personas de 18 años de edad y más, un total de 160 mil 886 consideraron al gobierno como muy o algo efectivo para resolver problemas, mientras que 191 mil 479 lo percibieron como nada o poco efectivo.
En el caso de La Laguna, en el que se incluye a Gómez Palacio y Lerdo, la encuesta fue aplicada a 729 mil 520 personas de 18 años de edad y más, un total de 215 mil 759 consideraron al gobierno como muy o algo efectivo para resolver problemas, mientras que 486 mil 606 lo percibieron como nada o poco efectivo.
De acuerdo con lo que se observa en esta información dada a conocer recientemente por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), resulta evidente que es mayor el porcentaje, en 13.6 puntos, de ciudadanos de la capital que de La Laguna que confían en la capacidad de la autoridad para la solución de conflictos.
NACIONAL
Sin embargo, el índice de ciudadanos que desconfía en la capacidad de la autoridad para resolver problemas es inferior a la media nacional, que es del 75.1 por ciento al existir ciudades como Tapachula, cuyo índice de incredulidad en el gobierno es casi del 90 por ciento, además de otras que rebasan el 80 por ciento.
En este sentido, la ENSU fue aplicada a 35 millones 374 mil 472 mexicanos, de los cuales ocho millones 248 mil 714 consideraron al gobierno como muy o algo efectivo para resolver problemas, mientras que 26 millones 570 mil 068 lo percibieron como nada o poco efectivo.
Cabe mencionar que la encuesta realizada por el INEGI tiene una periodicidad trimestral y atiende temas como la sensación de inseguridad por temor al delito, la expectativa social sobre la tendencia del delito, la atestiguación de conductas delictivas o antisociales, el cambio de rutinas por temor a ser víctima del delito y la percepción del desempeño de las policías. La reciente edición presenta cifras del pasado diciembre de 2016.