La supercarretera que puede llevar al infierno
La historia ya la sabemos. Durante décadas escuchamos una y otra vez que cuando por fin la supercarretera Durango-Mazatlán fuera una realidad, la vida sería distinta para nosotros pues habría un detonante económico sin precedente y entonces, ya no seríamos un estado pobre, el más pobre del norte del país, el "Chiapas" del Norte.
Pues bien, la tan anhelada vía de comunicación terrestre quedó oficialmente inaugurada el 17 de octubre de 2013, después de doce años de construcción, pero del desarrollo que se visualizó aún no hay nada palpable. Tal vez, éste sea más lento que la edificación de la supercarretera pero los duranguenses, somos pacientes por naturaleza.
La supercarretera ha representado más beneficios para Mazatlán que para Durango sobre todo en cuestión de turismo. Ya sin las curvas mareadoras, el tiempo de traslado se redujo considerablemente y es muy sencillo ir y venir en un solo día desde la capital duranguense.
Aunque las autoridades de Turismo en la entidad se empeñan en decir que Durango ya no es de paso para los viajeros, la realidad es que un importante porcentaje de la gente que llega a la entidad es porque va con rumbo al paradisiaco puerto. Es decir, todavía dependemos del flujo de viajeros que va hacia Mazatlán. Los mismos hoteleros reconocen que las actividades en el puerto, tales como el carnaval, la Semana de la Moto, por citar algunas, representan una buena temporada en el hospedaje local de por lo menos una o dos noches.
Sin embargo, la situación violenta en el puerto ha encendido los focos rojos. En días pasados medios de comunicación nacionales dieron a conocer que las autoridades de Mazatlán delimitaron con una línea azul el perímetro seguro de la ciudad para evitar que los visitantes se aventuraran en zonas de riesgo. La versión oficial es que la línea azul sirve para guiar a los paseantes, en especial a los que llegan en cruceros, hacia los puntos de mayor interés arquitectónico o cultural. ¿Cuál será la realidad?
La situación en Mazatlán es preocupante. En enero se contabilizaron 38 asesinatos, lo que representó un importante incremento en comparación con 2016 donde sólo se registraron 11. De seguir la tendencia, incluso se pone en riesgo que el puerto logre ser la sede del Tianguis Turístico en 2018.
Sinaloa por lo general es nota nacional por los hechos de sangre, en especial en Culiacán pero en los últimos días Mazatlán, famoso también por ser el lugar donde detuvieron a "El Chapo" Guzmán, en febrero de 2014, comienza a cobrar relevancia como un lugar inseguro, lo que por supuesto afecta a su principal industria: el turismo. Y si éste se ve mermado, Durango asimismo pagará las consecuencias.
Con una supercarretera en malas condiciones, llena de baches, con una rampa de frenado que no ha cumplido su función; constantes accidentes, deslaves, nevadas, que impiden la circulación, unido a la violencia que se registra tanto en Durango como en Mazatlán, el flujo vehicular puede verse disminuido drásticamente pues ya no se considerará como un camino al paraíso, sino al infierno. Sólo hay que ver lo que está pasando en Playa del Carmen y Cancún, Quintana Roo o en Acapulco, Guerrero para saber que se está muy próximo a llegar a esos niveles. ¿Alguien podrá solucionar la situación antes de que sea demasiado tarde?
PUNTO Y APARTE.- Los usuarios de la Alberca 450 se han enfrentado a dos incrementos en su mensualidad en lo que va del año, según les explicaron, obedece al salario mínimo vigente. El aumento es de casi el 8 por ciento en comparación con el año pasado por lo que exigen que al menos se brinde un mejor servicio, se cuide la limpieza de la alberca pues a veces está sucia, que el agua esté a buena temperatura y no fría, que todos los casilleros cuenten con llave y claro está, que no haya prebendas ni favores de descuentos "especiales". Y ya de paso, que cambien un vidrio roto que sólo cubrieron con cinta canela.