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Manejando y texteando

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OMAR ORTEGA SORIA

Muchos de nosotros somos esclavos del teléfono celular. Más que una herramienta muy útil para comunicarnos, se ha convertido en un vicio: en un instrumento que no podemos alejar cuando estamos conviviendo con otras personas, cuando nos estamos divirtiendo, haciendo ejercicio, o incluso manejando un carro.

A pesar de las múltiples campañas de concientización que advierten a los conductores de lo peligroso que es utilizar un celular mientras se maneja, aún no hemos podido asimilar los peligros; pensamos en el mejor de los casos, que nunca nos pasará un accidente o que la única consecuencia podría ser una sanción administrativa. Falta un gran camino para darnos cuenta que manejar bajo influjo de alguna droga, es equiparable a distraerse usando un teléfono celular.

Según la numeralia, México ocupa el séptimo lugar en muertes por accidentes de tránsito; el 19% de los accidentes, en donde hubo al menos un fallecimiento, estuvo relacionado con el consumo de bebidas alcohólicas; además de que los errores humanos son determinantes en un 80%. Cada año fallecen más de 24 mil personas por causas de accidentes, 40 mil quedan con discapacidad permanente y más de 750 mil quedan gravemente lesionadas. Los accidentes de tránsito representan la primera causa de muerte en jóvenes de entre 15 y 29 años y la segunda causa de orfandad.

Si distraemos la vista del camino para contestar una llamada o para observar la pantalla de un teléfono celular se incrementa un 400% la posibilidad de sufrir un accidente durante de la conducción. Los números son escandalosos y todos conocemos a alguien que ha sufrido o provocado algún accidente por estos motivos.

Con esta esencia, la semana pasada, los Diputados federales aprobaron una pena de prisión de 1 a 3 años, hasta 300 días de multa y pérdida de la licencia de manejo, para aquellas personas que conduzcan en estado de ebriedad o bajo el influjo de las drogas. Además, quien conduzca un vehículo a utilizando un aparato de comunicación, ya sea para hablar o enviar mensajes, salvo que se utilice con tecnología de manos libres, se le impondrá además de la sanción del delito cometido, una pena de 1 a 3 años de prisión.

Ahora bien, queda muy clara la situación que buscan resolver los legisladores federales, sin embargo, queda la duda de si aumentar las penas y crear una nueva sanción sean instrumentos eficaces para resolver el grave problema; y en este sentido, los Diputados tuvieron un muy interesante y rico debate. El principal argumento fue que la sociedad tiene que evaluar el beneficio de que una persona esté en la cárcel y no sea un peligro ante la sociedad, versus el costo que implica que una persona esté ahí, es decir, si la respuesta se encontraba en el derecho penal o en el administrativo.

Nadie cuestiona lo incorrecto que es textear y manejar al mismo tiempo, sin embargo, de que sea una conducta que merece castigo de prisión, hay mucho por decir. Tal vez, la respuesta sean las políticas públicas, primero sería urgente reforzar nuestra cultura vial, incrementar los controles para obtener una licencia de conducir, capacitar a nuestras policías viales, al mismo tiempo de que se construyen mejores mecanismos de movilidad. Veamos que dice el Senado de la República.

Twitter: @omarortegasoria

Escrito en: Pulso Legislativo accidente, sanción, teléfono, licencia

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