Un riesgo más para la prensa en México
Aquellos que amamos el libre periodismo y la sociedad en general deberíamos estar preocupados con lo que pasa en el caso Humberto Moreira Valdés contra Sergio Aguayo, el cual puede representar un verdadero peligro para la prensa en México. Uno más.
Cuando en enero de 2016, Humberto Moreira Valdés fue detenido en España bajo los cargos de lavado de dinero, el periodista Sergio Aguayo escribió en su columna: "Moreira es un político que desprende [un] hedor corrupto; que en el mejor de los escenarios fue omiso ante terribles violaciones a los derechos humanos cometidos en Coahuila, y que, finalmente, es un abanderado de la renombrada impunidad mexicana".
Seis meses después, el también ex dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) lo demandó por daño moral, exigiéndole una indemnización de diez millones de pesos ya que aseguró que esas palabras atentaron contra sus "sentimientos, afectos, creencias, decoro, reputación" así como la consideración que tenían los demás de su persona.
Es más que obvio que lo escrito por Sergio Aguayo no influyó negativamente en la mala imagen de Moreira Valdés pues la opinión negativa que tienen de él miles de personas es de hace muchos, muchos años. Y supongo que también, quien tenga una buena opinión de él (porque los hay) no se dejó influenciar por un texto de esta naturaleza.
El litigio sigue en proceso pero esta semana, el periodista dio a conocer que a petición del propio Humberto Moreira, un juez determinó que se sometiera a una evaluación sicológica por un perito que fue designado por el demandante, es decir, Moreira Valdés.
Dicha evaluación tendría una duración de seis horas, con preguntas elaboradas por el mismo ex pupilo de Elba Esther Gordillo, lo que indica una clara preferencia del juez hacia Moreira, razón por la cual los defensores de Aguayo han interpuesto un recurso para que el asunto se envíe a otro juzgado.
El caso aún tiene mucho camino por delante pero es importante darle un puntual seguimiento pues existe el enorme riesgo de que la justicia sea tergiversada y una vez más, el compadrazgo, las influencias políticas, la corrupción, determinen si alguien es o no culpable. De ser así, sentará otro mal precedente para futuros asuntos de esta índole.
Por supuesto que la prensa no está exenta de cometer errores, incluso, ser partícipes de algún delito, pero en la mayoría de los casos, el reportero o columnista no escribe para "atacar" por cuestiones personales, no se trata de "destruir" a tal o cual persona, sino de informar, de denunciar, de una crítica constructiva, de abatir sí, pero con sustento a lo que nos hace daño como sociedad como lo es, la corrupción o el mal actuar de autoridades.
Por fortuna, Sergio Aguayo posee mayores elementos para defenderse y el respaldo de varias organizaciones pero qué pasa a nivel más local, cuando el demandado o acosado es un reportero sin solvencia económica e incluso, a veces sin el apoyo del propio medio en el que trabaja. La situación es grave, realmente grave.
PUNTO Y APARTE.- Parece que en Durango tenemos la mala costumbre de hacer obras que toman muchos meses o incluso años en llevarse a cabo o bien, repetirlas una y otra vez. Ejemplos hay muchos ya conocidos, como el Hospital 450, la supercarretera que conecta a Mazatlán (a la que todavía se le hacen arreglos), ahora está el puente La Salle que al parecer "está encantado" y le sumamos a la lista la Alberca Olímpica del Parque Guadiana que ha sido remodelada en varias ocasiones y que sigue sin abrirse totalmente al público por una remodelación. El cuento de nunca acabar.
Twitter: @citlazoe