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Diamante negro

Jaque Mate

SERGIO SARMIENTO
"Recuerda, los diamantes son sólo pedazos de carbón que persistieron en su trabajo."— Malcolm Forbes

Le tocó ser el primer director del Infonavit. Era un joven de 37 años, economista de la UNAM con maestría de Yale, cuando el presidente Luis Echeverría lo escogió en 1972 para hacerse cargo de una nueva institución creada para dar vivienda a los trabajadores.

No sorprende la elección. Echeverría quería romper esquemas y llevó al gobierno a jóvenes brillantes. Jesús Silva-Herzog Flores no sólo era joven y brillante, tenía también un impecable linaje revolucionario. Su padre, Jesús Silva Herzog (los apellidos los uniría después la familia con guiones), participó en la Revolución Mexicana y fue fundador de la Revista Mexicana de Economía y del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM. Participó también en el comité que realizó los estudios que llevaron a la expropiación petrolera de 1938 ordenada por Lázaro Cárdenas.

El Infonavit original, como muchos sueños del populismo, fue un fracaso. Líderes sindicales y políticos se apropiaron de la institución para dar vivienda subsidiada a agremiados, aliados, parientes y amigos. El sistema estaba además mal diseñado y quebró, por lo que tuvo que ser rescatado con fondos públicos y ahorros de los trabajadores antes de convertirse en una simple institución financiera.

Una década después, el 16 de marzo de 1982, Silva-Herzog fue nombrado secretario de hacienda por José López Portillo cuando ya la economía se desplomaba. Su papel era preparar la transición económica al siguiente gobierno, el de Miguel de la Madrid, candidato presidencial del PRI. El secretario no pudo meter las manos en el desastre de López Portillo. El 1ro de septiembre, cuando se decretó el control generalizado de cambios y la estatización de los bancos, López Portillo nombró a Carlos Tello Macías como director del Banco de México y juntos trataron de transformar la economía en tres meses. En realidad, la hundieron más.

Como se esperaba, Silva-Herzog fue ratificado en Hacienda por De la Madrid el 1ro de diciembre y ahí empezó el largo proceso de echar para atrás el daño de López Portilo. Negoció la indemnización de los banqueros expropiados, colocó en el mercado una parte de las acciones de la banca nacionalizada y empezó el proceso de renegociación de la enorme deuda externa heredada. En 1985, uno de los peores momentos económicos para el país, Silva-Herzog perdió la batalla del gabinete frente a Carlos Salinas de Gortari, quien desplazó al secretario de hacienda como arquitecto de la política económica y provocó su salida del gabinete. Salinas, de hecho, sería el siguiente presidente de México.

Silva-Herzog fue después secretario de turismo, así como embajador en España y Estados Unidos. También fue candidato del PRI al gobierno del Distrito Federal. Nunca dejó de ser miembro del PRI, aunque muchos funcionarios lo consideraban más crítico que la oposición. Tenía un extraordinario sentido del humor. Se le conocía como el Diamante Negro por su color moreno. Su voz profunda le habría permitido convertirse en locutor en cualquier emisora de radio. Era además un inteligente orador y divertido conferenciante.

Fue un hombre sencillo que nunca mostró más recursos que los que correspondían a los cargos que ocupó. En un par de ocasiones cené con él. Le gustaba pedir tortas de La Castellana. Me acusaba de ser un liberal irredento, a lo que yo respondía que él era un gobiernista sin salvación. Nos hicimos amigos en discusiones sobre política y economía. algunas aderezadas con tortas de La Castellana.

¿Con cuántos países tiene déficit comercial Estados Unidos? Con 101, escribe Stephen Roach en el Financial Times. Tratar de eliminar el déficit presionando a México o a China es absurdo. Los estadounidenses deben subir su tasa de ahorro.

Twitter: @SergioSarmiento

Escrito en: Jaque Mate Silva-Herzog, López, secretario, institución

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