Abierta e irreconciliable la confrontación en el PRI local
As tronantes declaraciones de Leticia Herrera Ale, alcaldesa de Gómez Palacio, en contra del exgobernador Jorge Herrera Caldera, junto con otro factor muy sintomático, como la presencia de tres exmandatarios de Durango y otros priístas importantes en el aniversario 22 del diario Victoria de Durango, hacen advertir una confrontación abierta en el Partido Revolucionario Institucional. Esa anhelada unidad hacia la renovación del nuevo Comité Directivo Estatal podría estar, pues, más lejos que nunca antes.
En el evento salió así a relucir el tema del PRI local, una pugna que parece no estar incluida entre las prioridades del Comité Ejecutivo Nacional, el cual sigue inmóvil, en vez de dar celeridad al proceso de renovación del CDE. Allí, Herrera Ale expresó, una vez más, su abierta animadversión hacia el exgobernador Herrera Caldera, a quien directamente acusó de haber amenazado, con armas de fuego, a varias personas durante su gestión. Sostuvo también que lo denunciará ante las autoridades correspondientes, si antes no lo hace la Entidad de Auditoría Superior del Estado, por haber dispuesto del patrimonio de los duranguenses.
Aseguró que Herrera Caldera es "el único responsable" de la derrota priísta en el proceso electoral de junio anterior; aun se se dio tiempo la Alcaldesa para deslindar de cualquier señalamiento de traición a los exgobernadores José Ramírez Gamero, Maximiliano Silerio Esparza y Ángel Sergio Guerrero Mier, presentes en la celebración y quienes, en su momento, fueron acusados por el líder popular Pedro Ávila Nevárez de traicionar al partido. Por cierto, Herrera Ale le recomendó a Pedro Ávila retirarse de la política y dejar a sus hijos en la atención a las clases populares del tricolor.
Ahora bien, la asistencia de las figuras priístas a este desayuno de la empresa periodística de la familia Herrera Ale puede interpretarse como el inicio de la conformación de un bando que está en contra de que el anterior grupo en el poder se quede con las riendas del PRI tras la derrota electoral. Claro que ciertas ausencias, como del propio Jorge Herrera y de Ismael Hernández Deras, también representan lecturas políticas claramente definidas y entendibles.
Así las cosas, lo que vemos hoy de cara al proceso de sucesión en el PRI es que, sabedora de que actualmente posee el principal capital político priísta en el estado, a Leticia Herrera se le nota dispuesta a seguir dando la pelea para quedarse con el partido y, por lo visto, está encontrando aliados en ese propósito.
Hasta hoy, el Comité Ejecutivo Nacional del PRI ha mostrado un muy escaso interés por atender el conflicto que vive la clase priísta local; tal vez las elecciones en otras entidades y los propios problemas nacionales han provocado tal desatención sobre Durango. Sin embargo, la confrontación interna sigue subiendo de tono y, de permanecer la dirigencia nacional como hasta hoy, no es descartable que estemos en la antesala de una división que podría ocasionar la dispersión más importante de fuerzas priistas en la historia del estado.
Si, tras la derrota de junio, el PRI quedó debilitado y desorganizado, estamos en el preámbulo de un deterioro todavía mayor de este instituto político. Entonces, la pregunta obligada es si quienes lo pueden impedir actuarán, o bien sepultarán las posibilidades de un reagrupamiento para enfrentar nuevas batallas electorales. Al tiempo.
EN UN EVENTO privado este viernes, el gobernador José Aispuro Torres insistió en que los corruptos serán llamados a cuentas, una afirmación que cae muy bien, aunque debe ser ratificada en los hechos a la brevedad...SE CUMPLIERON AYER tres años de aquella aprehensión a Adán Soria, justo cuando había dejado de ser alcalde, hecho que exclusivamente quedó como un acto de revanchismo político, pues no se le comprobó delito alguno. Hoy, Soria es diputado por su mismo partido...EN UN ACTO de congruencia, Marcos Cruz Martínez, titular de Desarrollo Social en el estado, pidió ser el primer evaluado en el gabinete, al cumplirse seis meses del nuevo gobierno. Lo conducente es que todos y cada uno de los funcionarios sean sometidos, en forma periódica, a este ejercicio democrático, pues ningún cargo debe estar escriturado para alguien.
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