Editoriales

La extraordinaria complejidad de nuestro desierto

A la Ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

Un poco más del 50 por ciento de nuestro territorio nacional se encuentra ocupado por desiertos. En el noroeste, las aguas y los vientos fríos del océano Pacífico impiden la evaporación del agua ocasionando en el continente la formación del Desierto Sonorense, un ecosistema que vive la paradoja de tener como frontera al mar. En el noreste sobre el altiplano septentrional se extiende el Desierto Chihuahuense flanqueado por la Sierra Madre Occidental y la Sierra Madre Oriental, las cuales actúan como barreras rompevientos que evitan que los vientos húmedos provenientes del golfo de México y del suroeste del océano Pacífico, lleguen hasta el Altiplano. Lo única que llega es una pequeña y delgada nubosidad que se conoce como sombra de lluvia.

La comarca Lagunera forma parte del Desierto Chihuahuense, más allá de las escasas áreas verdes urbanas y de la media luna de forrajes que entornan a las principales ciudades de la Zona Metropolitana, se encuentra uno de los tipos de vegetación más importantes del desierto: los matorrales. En cualquier dirección que caminemos, después del periférico agropecuario, nos encontraremos con las plantas y animales silvestres que viven en los matorrales.

Arbustos de hoja pequeña como la gobernadora y el hojasén, nopaleras, matorral espinoso, magueyales, lechuguillales, guapillales y chaparrales, son sólo algunos ejemplos de matorrales que contienen a una gran cantidad de especies vegetales y animales que lograron adaptarse a un clima hostil de bajas precipitaciones, altas temperaturas y elevado potencial de evaporación, a veces diez veces más de lo que llueve.

Las plantas se adaptaron de muchas maneras: algunas especies de arbustos sueltan toda su hoja y se "duermen" durante todo el período que no llueve, otras plantas son anuales y sólo germinan inmediatamente después de la lluvia. Estas plantas son oportunistas, plantas efímeras capaces de crecer y florecer rápidamente, cubriendo temporalmente el suelo. Algunas especies sobreviven gracias a los grandes bulbos o tubérculos que mantienen por debajo del suelo, estas especies son impresionantes, mientras que en la superficie apenas se dejan ver, por debajo del suelo mantienen sendos tubérculos repletos de agua y nutrientes. Desde luego no podemos olvidar a los cactus, los cuales se caracterizan por sus cuerpos redondeados y suculentos (llenos de agua) que les permite sobrevivir largos períodos de sequía. Además estas plantas tienen cutículas delgadas, estomas escondidos y una baja relación superficie-volumen, que les permite reducir la pérdida de agua.

El caso de los animales del desierto es igualmente interesante. Reptiles e insectos son capaces de sobrevivir a las condiciones del desierto, porque sus cuerpos son prácticamente impermeables y sus excreciones son secas. Algunos mamíferos están adaptados para superar la escasez de agua por medio de excreciones de orina concentradas y han evolucionado para mantenerse frescos y disminuir notablemente el consumo de agua, algunos incluso, pueden sobrevivir sin haber tomado agua.

Otro aspecto igual de fascinante, es el de las relaciones casi imperceptibles entre los seres vivos que habitan el desierto. Los cactus por ejemplo, son fundamentales en los ecosistemas áridos porque de ellos depende no sólo la supervivencia de muchas especies animales entre los que destacan los insectos, aves, murciélagos, otros herbívoros, incluso grandes mamíferos como el coyote. Por eso, su desaparición conduce a un empobrecimiento biológico, y a una pérdida del patrimonio cultural. "Hilos invisibles y frágiles atan los cactus a muchos organismos, si alguno de los cactus desaparece, el frágil equilibrio se rompe y la supervivencia de ciertos grupos de organismos se ve amenazada"

Pero, no obstante semejante complejidad, los ecosistemas de matorral son frágiles. ¿Qué significa esto? Que los matorrales son susceptibles a cambios irreversibles o que se pueden perturbar muy fácilmente cuando incluso las acciones son de muy bajo impacto.

Escrito en: a la ciudadanía plantas, especies, animales, Desierto

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