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Estrategia vs. evaluación

Pura Intuición

RAFAEL ALARCÓN

 C Uando encontramos en nuestra realidad que 6 de cada diez profesionistas emigran para conseguir trabajo a otros lugares, cuando nuestra ciudad es secuestrada por camiones y taxis que no saben ni porque están ahí, cuando la gestión social es manejada por pseudolideres sociales que solo buscan su provecho, cuando las fuerzas productivas se autodenominan empresarios para la foto y la entrevista, cuando la vida económica es comercial y changarrera, cuando los grandiosos resultados de la feria de empleo no se reflejan en altas en el IMSS y las cosas siguen igual es nuestra sociedad es manejada sin una estrategia.

El pensamiento estratégico tiende a buscar la eficacia y la eficiencia: ¿Cómo podemos sobrevivir, desarrollarnos y mejorar dentro del medio en que actuamos? ¿Cómo podemos tener el impacto más significativo, considerando los recursos escasos disponibles?

Antes de definir a una estrategia y realizar otras definiciones importantes, es necesario, que se aclare la distinción entre Planificación estratégica y Planificación Táctica. Las decisiones que para una persona pueden ser estratégicas, para otra probablemente sean tácticas. Esto sugiere que la distinción es más relativa que absoluta. ¿Dónde está la diferencia?

La respuesta la encontramos cuando nos enfrentamos al factor tiempo; la planificación estratégica está enfocada hacia el largo plazo, mientras que la planificación táctica es de corto plazo.

El problema surge porque corto y largo plazo son términos relativo. Para ciertas organizaciones y gobiernos, por ejemplo: 1 año representa el corto plazo, dependiendo de varios factores que inciden en el desempeño de las actividades organizacionales, mientras que para otras instituciones este mismo lapso o "espacio de tiempo" es considerado el largo plazo.

La solución está en enfrentar el futuro, con una definición previa de los fines (pero no de manera exclusiva) que se persigue en lo que la empresa o gobierno y su dirección consideren largo plazo (previo un análisis) para lograr los máximos beneficios.

La Planeación Estratégica es un proceso continuo que involucra a las personas y por ello debe ser humana, basada principalmente en principios universales, por otro lado debe estar sujeta a una revisión constante. Un plan estratégico nunca es producto final, sino un informe "provisional". Es un registro de un conjunto complejo de decisiones.

La persona o personas que planifican tienen distintos modos de subdividir las decisiones que deben tomarse. Cuando se toman en cuenta todas las decisiones importantes, las diversas maneras de dividir un plan, son generalmente cuestión de estilo o preferencia personal. Por eso no es importante ocuparnos de las ventajas o desventajas relativas de las diferentes formas de dividir un plan.

El propósito mismo de la Planificación estratégica es llegar a formular estrategias que puedan guiar a la empresa o gobierno para que pueda ser protagonista de su propio desarrollo y realizar actividades que tienen un alto grado de eficacia e impacto. La formulación de un marco conceptual, la creación de una visión y el análisis situacional, simplemente son elementos necesarios para poder "pensar estratégicamente".

La formulación de estrategias se consigue a través de un proceso dinámico de aprendizaje institucional y la creación de un consenso basado en consultas extensivas. Es importante definir también el concepto de líneas de acción, este término se refiere a las diferentes clases de actividades que se realizan para poner en práctica una estrategia a nivel operativo. Las estrategias son las líneas de acción y guían hacia el éxito de un gobierno.

Es aquí donde radica que después de un periodo de seis meses se tienen que evaluar las líneas de acción del gobierno para evaluar si la estrategia de gobierno responde a las líneas de acción marcadas y principalmente los responsables tomaron las decisiones correctas.

La gestión pública no puede escapar sin ser víctima de las críticas hechas tanto a la ciencia política como a la propia administración pública, por su gran acercamiento a la economía alejándose cada vez más de las ciencias sociales mediante la creación de metodologías que se presumen de imposible aplicación en la práctica.

De igual forma la incorporación de conceptos y herramientas del sector privado a la administración pública han causado resistencia entre los actores y estudiosos de la disciplina.

Es probable encontrarse con afirmaciones encausadas a una medición excesiva de la gestión y de las políticas públicas. "Se está midiendo por medir" sin importar si el resultado de la medición trae consigo utilidad en la toma de decisiones gubernamentales o claridad en la eficiencia y eficacia de la acción pública. También encontramos cierta resistencia a la evaluación por parte de los funcionarios públicos, ya sea por un rechazo al cambio o simplemente al temor de poner en tela de juicio su actuación.

Lo que pretendo es dimensionar es el papel de la de la evaluación en el contexto de la gestión pública, desde su surgimiento, su utilidad y los problemas que presenta, todo esto desde un marco de referencia global para aterrizarlo en el caso latinoamericano, particularmente en México.

"Lo que se mide, se puede evaluar, y lo que se puede evaluar, se puede mejorar." (Bailleres)

Es importante entender de dónde surge la necesidad de una aplicación de evaluaciones en el sector público, ya que no solo se trata de una tendencia de orientación gerencial hacia el control de los resultados sino forma parte de un componente crítico dentro de las propuestas de reforma del sector público. (Ospina, 2001).

Es mi intuición que los resultados mejor evaluados son los que señala la sociedad ¿o usted qué opina?

Escrito en: decisiones, gobierno, líneas, largo

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