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Trump y el clima

Jaque Mate

SERGIO SARMIENTO
"El concepto de calentamiento global fue creado por y para los chinos con el fin de que las manufacturas estadounidenses no fueran competitivas."— Donald Trump

Barack Obama utilizó una serie de órdenes ejecutivas para impulsar políticas que no habrían sido aprobadas por el Congreso. Donald Trump ha aplicado la misma medicina corregida y aumentada.

El 28 de marzo Trump firmó una orden que echa para atrás cuando menos seis de Obama sobre el ambiente y el cambio climático. Instruye a la Agencia de Protección Ambiental a revisar la Ley de Energía Limpia y a rescindir la moratoria a la concesión de nuevos arrendamientos de tierras federales para producción de carbón. Ordena también a las dependencias federales que identifiquen todas las regulaciones y políticas "que funcionan como obstáculos e impedimentos para la energía estadounidense". La idea es apoyar la creación de empleos.

Trump se colocó hace años en el campo de los escépticos sobre el calentamiento global o, en todo caso, sobre el papel de las emisiones de contaminantes en este cambio. En tiempos recientes ha mostrado un menor dogmatismo sobre el tema, pero en la campaña presidencial prometió desmantelar las políticas de Obama para prevenir el cambio climático, en particular las que han limitado la producción de carbón. Por eso Trump ganó la votación en las regiones carboníferas, como Kentucky. Puede decir que tiene un mandato de los electores.

Supongo que ningún científico serio está de acuerdo con la posición de Trump, expresada en un tuit el 6 de noviembre de 2012, de que el calentamiento global es un complot del gobierno chino para acabar con las manufacturas estadounidenses. Está comprobado que la temperatura del planeta está aumentando y los indicios de que el proceso es impulsado por las emisiones de contaminantes producto de la actividad humana son abrumadores.

Qué ocurrirá ahora con la decisión de Trump? Será más difícil aplicar el Acuerdo de París de 2015. Muchos países que lo han ratificado tendrán grandes dificultades para convencer a sus ciudadanos de que tiene sentido restringir inversiones o producción cuando se perciba que esto simplemente aumentará las ventajas de la industria estadounidense. México ha adoptado ya medidas para recortar emisiones que han sido muy cuestionadas por nuestros industriales.

Fuera de este problema de percepción, sin embargo, es difícil que la nueva orden ejecutiva aumente las emisiones de carbono. Estados Unidos fue uno de los pocos países que redujeron sus emisiones de carbono después del Protocolo de Kioto de 1992 a pesar de que no lo ratificó. ¿Por qué? Por una razón de tecnología. La fractura hidráulica, o fracking, ha permitido un amento enorme de la producción de gas natural en la Unión Americana, el cual ha reemplazado por precio y calidad al carbón, más contaminante, en un creciente número de plantas de generación de electricidad.

Trump está equivocado si piensa que el calentamiento global es una patraña. Por otra parte, su orden ejecutiva revoca las disposiciones de Obama, pero un futuro presidente podría cambiar de curso nuevamente. Lo curioso es que la historia de los últimos años demuestra que la solución siempre ha estado en la tecnología. El gas natural está reemplazando al carbón. El gobierno, más que prohibir el carbón o promoverlo, debe facilitar la transición tecnológica. La medida más sana de Trump habría sido eliminar las prohibiciones al fracking de algunos estados. Pero los debates políticos en Estados Unidos se han radicalizado tanto que el diálogo es ya imposible.

 ANCLA

Una vez más el Banco de México ha aumentado la tasa de interés de referencia, ahora a 6.5 por ciento. Las alzas han fortalecido al peso. Una tasa de interés alta tiene costos, pero funciona como ancla cuando hay incertidumbre en los mercados.

Escrito en: Jaque Mate Trump, emisiones, global, producción

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