Un reglamento de adorno
En la Ciudad de México es poco el caso y poco el respeto que se le tiene al Reglamento de Tránsito y no sólo por la gran mayoría de los ciudadanos, sino también por las propias autoridades, quienes a su libre albedrío hacen y deshacen con él lo que les da gana.
El Reglamento de avanzada, como fue calificado en su momento, y al menos en la letra así es, en realidad no representa ninguna seguridad para los peatones, motociclistas ni automovilistas, ocasionando un peligro latente a diario.
Las vueltas en U están prohibidas en la mayor parte de las vialidades, sobre todo en las vías primarias, la vuelta a la derecha en rojo ya ni con precaución está permitida; además, es obligatorio hacer alto en lugares exclusivos para peatones; lo anterior y cientos de obligaciones más, existen para una mejor cultura vial; sin embargo, son pocas las autoridades, conductores y peatones que las aplican.
Es común ver conductores estacionados "un segundo" en línea amarilla, y en lugares para discapacitados, y de segundo en segundo se ocasiona un peligro peatonal y una falta de respeto a las personas que necesitan los lugares destinados para ellos, así como un tráfico terrible, ocasionando desfases de tiempo para llegar a los lugares laborales u escolares; por otra parte, también algunos peatones que no respetan cruzar por las esquinas en vialidades con más de dos o tres carriles salen corriendo ocasionado un peligro para todos.
A diario se ven conductores usando una mano al volante y la otra en el celular y desde luego, con la parte de su atención en el smartphone; además de personas van usando cosméticos, y desafortunadamente la autoridad no aplica el reglamento.
También a diario se ven motociclistas zigzagueando entre los vehículos, aun y cuando el reglamento indica que deben ocupar su espacio y no circular entre los vehículos automotores.
Pareciera que la autoridad vial es feliz con las foto-multas, con ello se siente realizada, el recurso económico recaudado por ese sistema es multimillonario, aunque lo delicado e inverosímil es que la mayor parte de lo recaudado es para la empresa que tiene esos artefactos instalados en algunas vialidades con mayor flujo, porque tampoco significa que toda la capital de país este plagada de estos "aparatitos".
Los famosos franeleros o "viene viene" no tienen para cuando desaparecer, y lo más increíble es que aun y cuando existen parquímetros, también se paga derecho de piso a estas personas.
El transporte público también hace de las suyas estacionándose hasta en una tercera fila para subir pasaje, poniendo en peligro a los usuarios, peatones, automovilistas, y la autoridad entretenida con su celular en la mano.
Difícilmente se hará valer el Reglamento de Tránsito, menos aún se hará valer la Constitución de la Ciudad de México, se acercan las elecciones de 2018 y no perderán electores y mucho menos quitarán cotos de poder para quienes tienen controladas las calles, banquetas y transporte público capitalino, así que ya nos.....
... puede ser que sí, puede ser que no, lo más seguro es que quien sabe, pero. . . después de ahogado el niño a tapar el pozo, ya anunció Miguel Angel Mancera Jefe de Gobierno capitalino, que dos helicópteros vigilarán que los automovilistas no excedan los límites de velocidad ¿y las foto-multas y los alcalímetros?, ¿también de adorno?.
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