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Corrupción: de la realidad al entretenimiento

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Corrupción: de  la realidad al entretenimiento

Corrupción: de la realidad al entretenimiento

VÍCTOR MONTENEGRO

La corrupción sigue siendo el más grande de todos los problemas en México. De la misma emanan todos los males que padece este país, como la violencia de las organizaciones criminales que se coluden con las autoridades; como la desigualdad imperante en una economía frágil que no genera condiciones de crecimiento; como la impunidad y la desconfianza de la sociedad hacia sus gobernantes.

Está tan arraigada en el discernimiento social y hasta lo más recóndito de las instituciones, desde policías que piden mordidas para evitar infracciones y ciudadanos que las propician, hasta los escándalos políticos que involucran contratos millonarios entre gobierno y particulares. Según el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional 2016, los mexicanos identifican este cáncer como una de sus principales preocupaciones, tanto como la inseguridad.

El deterioro del sistema partidista mexicano y el desencanto de la sociedad hacia los miembros de la clase política, son referente por todo el mundo de un país como el nuestro que refleja una exorbitante corrupción gubernamental, la misma que no se combate, mucho menos se castiga.

El gran dispendio de los recursos públicos se observa mayormente en las grandes riquezas de unos cuantos poderosos, mientras que la demolida economía del país agudiza la pobreza y limita las oportunidades; mientras los flamantes políticos se hacen garras por los cargos públicos para seguir amasando no solamente fortunas, sino también el mismo poder para continuar sexenio tras sexenio impunes.

Tanto el presidente Enrique Peña Nieto como gobernadores y ex gobernadores han sido exhibidos por su abuso de poder, sin que la justicia mexicana les toque siquiera un cabello. Soberanos y autónomos, verdaderos emperadores, retuercen las leyes no pensando en el bienestar de sus gobernados, sino en protegerse ellos mismos.

Políticos y cabecillas de los sindicatos mexicanos corruptos, disfrutan de una total impunidad, sin importar el color de sus partidos. Se pueden contar con los dedos de una sola mano los que han caído presos, pero su mala suerte no es producto de una justicia efectiva, sino de su desatino al haber discrepado a los intereses de la misma élite a la que pertenecen.

Lo más aflictivo es que sobre ese desalentador escenario hemos convertido y adoptado a la corrupción como una novedosa forma de entretenimiento. La corrupción vende; los creadores y promotores de la farándula mexicana se inclinan por la tendencia de mostrar al mundo entero, lo corrupto que somos. Ya lo dijo el propio presidente una vez: "la corrupción es un asunto de orden cultural".

Así tenemos a Tomás Yarrington, Rodrigo Medina, Roberto Borge; los Duarte y los Moreira, los Hernández y los Herrera hasta los Salinas de Gortari; algunos en lo individual otros con delirios feudales, pero todos, representados en la política no tan ficción de Nación TV, El Infierno, La Dictadura Perfecta, El Señor de los Cielos, y el más reciente boom de entretenimiento masivo: Ingobernable.

Los ángulos del poder y todo lo que éste corrompe; la traición y la ingobernabilidad; la lucha de un grupo de antihéroes insurrectos que ven resquebrajado su entorno social se plasman en la semi-ficción, porque son temas que todos los mexicanos vivimos, en un país que todos los días se despierta con masacres; con desaparecidos y periodistas asesinados; con fosas clandestinas, tráfico de influencias y endeudamiento al por mayor.

EN LA BALANZA.- Un gobierno sin credibilidad es un gobierno sin dirección de la sociedad. Tenemos el récord de listas de criminales más buscados: narcos y asesinos, también políticos buscados por malversación de fondos, defraudación fiscal, enriquecimiento ilícito y otros, en pocas palabras: corrupción.

CERROS SECOS Y PELONES... Hasta la ciudad de Durango vino la presidenta municipal de Lerdo, María Luisa González Achem, a despotricar contra sus gobernados. Les dijo flojos, lerdos pues, que no les gusta trabajar...

Twitter: @Vic_Montenegro

Escrito en: Contrapesos corrupción, todos, país, políticos

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