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El importante papel del asesor técnico pedagógico y su evaluación 2017

ROLANDO CRUZ GARCÍA

ROLANDO CRUZ GARCÍA
"La evaluación no debe ser nunca un acto individualista, sino colegiado".— M. A. Santos Guerra

Como sabemos, el Servicio Profesional Docente (SPD), coloca al mérito como el principal criterio para el acceso, la promoción y la permanencia en el servicio educativo, lo que constituye un cambio fundamental en la asignación de las plazas laborales, que en otros tiempos se daban por compra, herencia o clientelismo.

En este contexto, la evaluación juega un papel importantísimo y representa el instrumento más valioso para apoyar el desarrollo y la profesionalización de los docentes, ya que parte de considerar que un docente profesional, que se supera de manera continua, atenderá adecuadamente a sus alumnos y logrará por ello buenos resultados de aprendizaje.

Una de las bondades que la Reforma Educativa ha logrado, es la de resignificar la figura del ATP (Asesor Técnico Pedagógico), que anteriormente era considerado sólo como un auxiliar de las supervisiones escolares y que lo reducían a un trabajador tecnoburocrático más del sistema educativo nacional.

Dicha resignificación se fundamenta en el importante papel que los ATP realizan y deberán realizar a partir de la evaluación que habrán de presentar en este 2107 y que tiene una relevancia fundamental: su permanencia en la función.

La calidad de las prácticas de apoyo, asesoría y acompañamiento que ofrecen los asesores técnicos pedagógicos a los docentes en servicio, es uno de los factores escolares que incide en sus prácticas de enseñanza y, por tanto en los aprendizajes de los alumnos.

Para asegurar la calidad en el servicio educativo que se oferta en las escuelas, es necesario primeramente la detección de las fortalezas y los aspectos a mejorar en el quehacer educativo de los profesores, a través de la evaluación de su desempeño y posteriormente con la puesta en práctica de las distintas acciones de formación.

De esta manera, la evaluación del desempeño de los asesores, deberá contribuir al fortalecimiento de las prácticas de apoyo, asesoría, y acompañamiento, toda vez que sus resultados aportarán información que retroalimente a los propios ATP para mejorar su quehacer profesional, al tiempo que permitirán orientar y enfocar las propuestas de formación continua.

La Ley General del Servicio Profesional Docente (LGSPD) señala que la evaluación del desempeño es obligatoria para los docentes y técnicos docentes, directivos y ATP en servicio, tanto de Educación Básica como en Media Superior y que se realizará por lo menos cada cuatro años.

Revisando todos los aspectos que la citada evaluación conlleva, encontramos que incluye: Perfiles, parámetros e indicadores, que expresan las características deseables para el desempeño en la función de Asesor Técnico Pedagógico y que de igual modo, constituye una guía que permite orientar la formación de quien ejerce dicha función.

El ATP es entonces el responsable de asesorar, apoyar y acompañar, en aspectos técnicos, didácticos y pedagógicos a los docentes de forma individualizada y colectiva, en colaboración con otros actores educativos, con el fin de coadyuvar, en su ámbito de competencia, a una formación docente orientada a la autonomía y a la mejora de los aprendizajes de los alumnos.

A través del uso de los resultados de la evaluación educativa y a la consideración de las características de los docentes, de los contextos socioculturales y lingüísticos en que se ubican las escuelas y el dominio del campo de conocimiento en el cual se inscribe su función, el ATP deberá poseer cualidades y aptitudes que le permitan apoyar a otros docentes en la reflexión sobre sus prácticas profesionales y en la manera en que toman decisiones relativas a su quehacer cotidiano.

Por otra parte, el apoyo que el ATP brinda a los docentes se considera como una práctica que corresponde al trabajo en las aulas y en las escuelas y contribuye, al mismo tiempo en la mejora de los aprendizajes de los alumnos, además de la formación de los docentes.

Además, el ATP será una figura esencial que acompañe a los docentes en la construcción de nuevos conocimientos, la interpretación crítica y la adecuación a los contextos escolares, el desarrollo de las innovaciones didácticas, y en la comprensión y manejo de los propósitos y contenidos del plan y los programas de estudio vigentes.

Cabe mencionar que el ATP se concibe como un especialista en alguna de las siguientes áreas: lenguaje oral y escrito, matemáticas, educación especial y educación física para preescolar, primaria o secundaria. Faltando por definirlo para la Educación Media Superior.

Actualmente, la enseñanza del lenguaje oral y escrito y las matemáticas merecen una atención prioritaria en los aprendizajes de los alumnos en la educación básica dado que son la base para el desarrollo de otros aprendizajes.

Finalmente, el ATP como integrante del equipo que colabora en la supervisión escolar, comparte y trabaja hacia una meta común: lograr que todos los alumnos tengan una educación de calidad.

La cooperación profesional entre el ATP, sus colegas, los directores y el supervisor de la zona escolar será fundamental para emprender acciones educativas que contribuyan a evitar el rezago y la deserción en las escuelas.

Como podemos apreciar, la evaluación de los ATP, es por demás compleja y requiere de una preparación, actualización y superación permanentes, habrá que capacitarse para enfrentar tan importante evaluación de permanencia.

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Escrito en: v evaluación, docentes, desempeño, formación

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