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¿Quiere comprar un león?

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¿Quiere comprar un león?

¿Quiere comprar un león?

CITLALLI ZOÉ SÁNCHEZ

Comprar una mascota exótica es relativamente fácil. Aunque suelen ser mucho más caras que las convencionales, si se tiene el recurso económico no habrá impedimento alguno para adquirirlo, sin importar si se tiene un espacio adecuado para resguardarlo.

Mediante Internet es muy sencillo encontrar tiendas que se dedican a la venta de diferentes especies animales que envían prácticamente a todo el país e incluso aquí en Durango, mediante los grupos de Facebook, en más de una ocasión se han ofertado animales con la aseveración de que todo está en regla conforme a la ley vigente.

Así, sólo es necesario 75 mil pesos por un cachorro de jaguar negro, o 55 mil pesos por un tigre, 39 mil pesos por un león, 85 mil pesos por un caracal, entre otros. También es posible comprar cocodrilos, boas, tucanes y en general, cualquier animal. Y eso pasa en las tiendas formales, sólo hay que imaginarse lo que pasa en la clandestinidad.

Por supuesto, este tipo de "mascotas" no están al alcance de la población en general y son consideradas como objetos de lujo y parte de las excentricidades de la gente con mayor poder adquisitivo. Por eso, estos animales suelen resultar muy atractivos para los políticos, la gente famosa como los cantantes, deportistas pero también para los capos de la delincuencia organizada. Han sido varios los casos de zoológicos en propiedades de narcotraficantes que al ser decomisados terminan siendo donados a algún espacio público convirtiéndose en un verdadero "dolor de cabeza". Dichos animales son un símbolo de poder, según algunos analistas y de allí que los traficantes suelan exhibirlos en fotos o videos.

Pero la realidad es que si usted o yo decidimos que queremos en casa un león o un mono, es muy probable que no tengamos obstáculo para comprarlo, sólo hace falta el dinero pues al proveedor le es indiferente si se tiene un espacio adecuado para que habite, o si se posee la suficiencia económica para su manutención. Eso pasa a un segundo plano.

La semana pasada hubo un gran revuelo en Durango por la presencia de un oso que era paseado, sin protección alguna, en la caja de una camioneta por las calles de la ciudad. Cual si se tratara de un tierno cachorro, el imponente animal estuvo cerca de un significativo número de personas que asombrados por tan inusual presencia se acercaron para tomarle fotos. Una acción por demás irresponsable pues existen muchos ejemplos de tragedias protagonizadas por animales aparentemente domesticados pero que tarde o temprano, el instinto resurge.

Por su comportamiento, es factible que este oso haya estado en cautiverio desde sus primeros meses de vida y hasta hace unos días, no había existido problema alguno en su conservación. Posiblemente el animal deambulaba por la casa y convivía con seres humanos cotidianamente.

Tener un animal salvaje implica una gran riesgo y si bien el instinto de supervivencia nos indica que se trata de una mala idea, nunca falta quien hace caso omiso a esta advertencia y se aventura, asumiendo el riesgo para sí mismo y para quienes le rodean.

Aunque seguramente los diputados federales de Durango andan muy ocupados, resultaría una buena idea que le echaran una revisada a la Ley General de Vida Silvestre para actualizarla conforme a las condiciones actuales y asegurarse que estos bellísimos animales, creados para hábitats muy específicos y sobre todo para ser libres, estén protegidos y que existan más candados para su compra-venta.

PUNTO Y APARTE.- Muy desafortunada la actuación de la Fiscalía General del Estado de Durango con el caso de Eduardo Bailey Elizondo, cuya graciosa huida en bata del Hospital en donde se encontraba fue exhibida a nivel internacional. Un error de esta magnitud sin duda ameritaría una renovación en la Fiscalía pues su honorabilidad, su ya deteriorada credibilidad, queda por los suelos y se ha convertido en la comidilla del país.

El inculpado tuvo tiempo de ofrecer ayer por la tarde una rueda de prensa y asegurar que es inocente y no le pueden comprobar nada de lo que le imputan. Bailey Elizondo sostuvo que aún es el director del Centro SCT en Durango y por lo que se pudo ver, no tiene la intención de renunciar. Otro caso de este show político, cómico, mágico y hasta musical.

Veámoslo con optimismo, tuvimos "proyección" y salimos en todos los noticiarios en horario estelar. Qué barbaridad.

Mi twitter @citlazoe

Escrito en: Nota al Marguen animales, pesos, Durango, tiene

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