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Nos matan porque pueden, porque los dejan...

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Nos matan porque pueden, porque los dejan...

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JORGE PÉREZ ARELLANO

En México se matan periodistas porque se puede. Así, crudo pero cierto. Y no solamente se matan a diario informadores, sino también mujeres, activistas, maestros, profesionistas, niños y más. En este país corrupto ya ni los políticos son inmunes a la inseguridad.

Ayer el periodista Javier Valdez Cárdenas, cofundador de la revista Río Doce, corresponsal de La Jornada en Sinaloa, fue asesinado en Sinaloa. Su abundante trabajo sobre narcotráfico y violencia resultaba incómodo para muchos. Y lo pagó con su vida. A pesar de la condena, de la indignación y del hartazgo de miles, todavía hubo quienes se atrevieron a sugerir que el móvil del asesinato era "robo". Como si con eso fuera menos grave el tema.

El pasado 10 de mayo, justo en el Día de las Madres, la activista Miriam Rodríguez fue asesinada en Tamaulipas. Ella buscó a su hija Karen Alejandra Salinas Rodríguez, plagiada en 2012 en San Fernando; tres años después, encontró sus restos en una fosa clandestina y dio con los responsables. Los metió a la cárcel y meses después fue abatida a balazos en su casa. ¡En su casa! El asesinato de esta mujer, que se convirtió en activista e impulsó una red nacional de familiares que buscan a las decenas de miles de mexicanos desaparecidos, fue una crónica anunciada. Y ni así el Estado la ayudó.

En Durango, Lizbeth Sánchez, de 18 años, fue asesinada y calcinada en la cajuela de su vehículo, en el municipio de Nuevo Ideal. La autoridad asegura que el presunto homicida era pareja sentimental de la víctima. Con ella, se siguen aumentando los feminicidios en el estado, un problema que se ha agravado y que lejos de tomar cartas en el asunto, a la autoridad pareciera incomodarle. Como si evitar que más mujeres sean asesinadas es un tema prohibido para algunos funcionarios.

Y así, día a día conocemos de más historias de personas a las que se les arrebata la vida sin algún problema, sin siquiera temer por ser castigados o llevados ante la justicia. A veces, con todo el aval de unos cuantos "poderosos" que deciden sobre la vida de otros, jugando a ser Dios en pleno infierno.

Y el fondo del problema sigue siendo el mismo: ¿Por qué matan?, ¿por qué deciden quitarle la vida a quien les incomoda? Porque pueden, porque los dejan. Así de sencillo. En un país donde la corrupción es el cáncer de la sociedad mexicana, un asesino sabe que no tendrá que rendirle cuentas a nadie, o que en el peor de los casos podrá salir libre pagando. Así de triste y cruel es la realidad.

Cada vez son más los grupos que están hartos de tanta impunidad, de tanto valemadrismo y de tanta injusticia que están dispuestos a levantar la voz y a exigir un ¡ya basta! que podría costarles la vida. Peligroso será cuando millones de mexicanos dejen de temer por su vida, porque ya se las arrebataron desde hace tiempo. No tardará mucho tiempo el resto del país en darse cuenta de que solamente la unión hace la fuerza. ¿O usted qué opina?

Twitter: @jperezarellano

Escrito en: Sin Restricciones país, matan, vida, autoridad

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