Un nuevo escándalo nos envuelve; el conocimiento de un nuevo método para estafarnos con el que dicen es nuestro petróleo: el robo sistemático del combustible con tomas clandestinas en las redes nacionales.Es una triste realidad conocida desde los tiempos de Carlos Salinas de Gortari y tal vez desde antes ha existido ese robo sistemático, aunque en la actualidad se haya transformado en un atraco escandaloso que, según algunos, representa pérdidas de 20 mil millones de pesos anuales, aunque la estimación sea muy difícil de precisar.
La palabra siempre ha tenido una connotación de suciedad, sobrantes o asientos de algún líquido, particularmente de alcoholes adulterados. ¿Recuerda los llamados "piquetes"? eran bebidas de café con un chorro de alcohol, que eran vendidos en las calles del México de antaño, a madrugadores y trasnochadores -recuerde a Pedro Infante, borracho, cantándole a Doña Merced-.
En algunos ríos de Yucatán, existen altas concentraciones de carotenoides -pigmentos orgánicos - generados por algas, que dan un color rojizo al agua, al que llaman "huach", sucio. También es conocido el término "Huaches", para referirse a algunos grupos indígenas del sureste mexicano; lo más probable es que derive del náhuatl y se refiera al color rojo sucio que queda en los pies de quienes deambulan descalzos en terrenos con carotenoides.
Son huachicoleros los que recolectan restos de combustibles que quedan en depósitos y tanques de transporte, quienes al reunirlos en cantidad suficiente, lo venden a bajo precio.
De ahí proviene el apelativo dado a los ordeñadores de ductos de PEMEX, que son una plaga social terrible y económicamente poderosa, ramal del narcotráfico, capaz de enfrentar a las fuerzas armadas, provocadoras de caso sonado del "ajusticiado con tiro de gracia" por un soldado, denunciado en un video casero y subido a la red, del que existen muchas dudas; por ejemplo su origen, ya que en el lugar no existe video-vigilancia alguna.
¿Recuerda la "Agnotología", ciencia arte de engañar, tema del que nos ocupamos hace algunas semanas? Ahora, de nuevo empiezan a aplicarnos el método para meternos confusión y crear cortinas de humo que escondan toda la verdad o, al menos, maquillárnosla para que podamos tragar o digerir mejor la corrupción imperante.
Algunos editorialistas y comentaristas ya han manifestado sus dudas y los expertos del ramo petrolero han hecho ver la realidad: no cualquier raterillo puede "ordeñar" un ducto de combustible, por cuestiones diversas: materiales de construcción de los tubos, alta volatilidad de gases y líquidos contenidos, además su dureza, amén de requerir de trabajos de precisión y tiempos cortos para la extracción, incluidos los medios para evitar ser detectados por los medidores de presión con que cuenta el sistema de oleoductos.
Luego de las muertes en la refriega en el Estado de Puebla, el propio presidente Peña Nieto, ha declarado la necesidad de detener tal atraco a la nación, en tiempos en que por primera vez, en muchos años, PEMEX declara números positivos en sus declaraciones trimestrales. ¿Hasta ahora?... ¿porqué?
En las empresa nacional existen los llamados "tuberos", expertos en la instalación, mantenimiento y reparación de ductos y válvulas de petróleo; son personas altamente calificadas que deben ser precisos en su trabajo, si es que no quieren generar un incendio, estallido y/o fuga de petróleo. Son altamente apreciados en el medio por sus capacidades y lo reducido de las personas calificadas.
El dato interesante lo da la propia empresa petrolera, que afirma que los accidentes que se provocan con la extracción ilegal no llegan a ser ni el 5 por ciento en las tomas ilegales que existen; entonces: ¿de dónde salen esos rateros especializados? Y siendo tan escasos ¿cómo no han sido identificados?
Otro detalle más: las válvulas que requieren no las venden en la ferretería de la esquina y su alto costo las hace compra prohibitiva. ¿De dónde salen tales refacciones y cómo los pocos proveedores no han sido investigados?
Dicen que "el hilo se rompe por lo más delgado" y ahora, los directivos de PEMEX, hablan de realizar profundas investigaciones en las gasolineras expendedoras de tal huachicol y aplicarles todo el peso de la ley. Es lo mínimo que pueden hacer, aunque el origen de la enfermedad no se trata con una aspirina ...¿o sí?
Pensemos en las asociaciones delictivas y en la muy posible relación de los ladrones con personal de la propia empresa y hasta involucramiento de funcionarios de niveles superiores. Esperemos que no nos apliquen las reglas de la Agnotología y nos atiborren de información falsa y verdadera, hasta crearnos la suficiente confusión para apelar así a nuestro olvido.
Caso aparte son los politiqueros que se envuelven en bandera de defensores del campesinado para tratar de ganar simpatías.
¿Cuándo cambiaremos los mexicanos?
Será cuando Usted, yo y todos dejemos la pasividad y actuemos. ¿No le parece?