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La segunda vuelta

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OMAR ORTEGA SORIA

Las elecciones modernas son cada vez más competidas, por lo que normalmente el ganador no tiene el respaldo de la mayoría de la ciudadanía o incluso no alcanza los votos legislativos necesarios para impulsar sus reformas. Esto viene a colación, ya que a unos meses de iniciar formalmente el proceso electoral para 2018, no se vislumbra que exista un candidato que logré llevarse más del 50% de la votación y se estima un ambiente postelectoral muy complejo.

La segunda vuelta es un método de elección que implica que los 2 candidatos que recibieron más votos y no alcanzaron un determinado porcentaje de votación, puedan volver a competir en una segunda vuelta para elegir al ganador, dicho proceso se lleva a cabo con sus particularidades en múltiples países como Afganistán, Alemania, Bélgica, Brasil, Chile, Colombia, Croacia, Chipre, República Dominicana, El Salvador, Eslovaquia, Eslovenia, Francia, Guatemala, Haití, Perú, Polonia, Portugal, Rusia, entre muchos otros.

Los que están a favor señalan que la segunda vuelta puede aumentar el respaldo popular del candidato electo, ya que un porcentaje importante de ciudadanos votarían por él, con este ganador de consenso se podría lograr que disminuyera el riesgo de un conflicto poselectoral, se privilegiaría también que se hiciera una coalición de gobierno e incluso algunos señalan que podría existir un menor abstencionismo.

Por el otro lado, los que están en contra, son escépticos sobre estos efectos, además que en el caso específico de México, que tiene una conformación electoral muy fragmentada en tercios, podría provocar un voto estratégico y pragmático, que pudiera ir contra el espíritu democrático.

Además, la segunda vuelta implica grandes retos, por ejemplo se necesitaría un presupuesto adicional, que incluyera personal y material adicionales; la definición de márgenes de votación, de plazos y de procesos de fiscalización, entre muchos otros factores, ya que hay que recordar que uno de los supuestos de nuestro sistema político es la desconfianza, haciendo que las múltiples reformas que se han aprobado, lo conviertan en un proceso extremadamente complejo y con muchos controles de seguridad.

Para tener una idea más clara, la elección presidencial de 2012 tuvo un costo total de 4 mil 163 millones 804 mil 701 pesos, más los 1,680 millones 560 mil pesos que recibieron los partidos políticos de prerrogativas, ¿cuánto nos costaría una segunda vuelta? y ¿qué efectos reales tendría?, y tal vez lo más importante, ¿a qué partido político favorecería?

A pesar de esto, ya se han presentado multitud de iniciativas que buscan instaurar esta figura en los diferentes niveles de gobierno, incluso en su sexenio como Presidente, Felipe Calderón mandó 2 iniciativas en esta materia que no fueron aprobadas; hoy que se discute como hacer más eficiente nuestro sistema político, sobre todo con medidas de austeridad, en donde se busca desaparecer representaciones, no es ocioso debatir la segunda vuelta.

Y en el caso local, ¿sería factible una segunda vuelta para elegir a los próximos Presidentes Municipales?, ¿para Gobernador?. Lo que podemos concluir, es que después de muchos años de estar haciendo reformas, todavía no podemos consolidar un sistema electoral lo suficientemente fuerte y eficaz, y que todavía estamos muy lejos de estarlo.

Twitter: @omarortegasoria

Escrito en: Pulso Legislativo segunda, vuelta, muchos, proceso

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