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La Súper, una oportunidad perdida

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La Súper, una oportunidad perdida

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OMAR ORTEGA SORIA

Uno de los proyectos carreteros más ambiciosos en la historia del país se ha convertido en un dolor de cabeza para el Gobierno Federal y para el local. Para el primero, porque le ha representado invertir sumas millonarias en mantenimiento y reparaciones, mientras que el segundo, no ha sabido aprovechar esta nueva infraestructura ni ha podido unir esfuerzos para que sea una carretera segura y funcional, al mismo tiempo que es motivo de descontento de la comunidad duranguense.

Esta obra que representó una inversión de alrededor de 28 mil millones de pesos, es decir, el presupuesto de todo un año para Durango, que tomó 12 años para su construcción, fue considerada como estratégica para el desarrollo de la región y sobre todo, fue presentada en Durango como la base para salir de su aislamiento; a 4 años de su última inauguración, no fue la panacea.

Ante los terribles accidentes que han ocurrido en la supercarretera Durango-Mazatlán, de nueva cuenta toma vigencia el debate sobre lo que ocurrió. La Auditoria Superior de la Federación en sus informes ha reportado múltiples observaciones, que van desde deficiencias en las obras entregadas, un aumento considerable del presupuesto original, hasta fallas estructurales en su diseño.

Las anteriores legislaturas han hecho diferentes llamados para que se revise esta vía, para que se le otorguen mayores recursos, para que se redoblen los esfuerzos de vigilancia o incluso para que se sancionen a los funcionarios públicos involucrados y a las constructoras, pero poco o nada ha pasado.

La situación es multifactorial, por un lado, tenemos que reconocer que la Sierra Madre Occidental es un territorio muy difícil de dominar, las capas subterráneas siguen en movimiento, los cambios bruscos de temperatura y la humedad han hecho que la super se enfrente a condiciones que no tiene otra carretera en el país, al mismo tiempo, que hubo problemas de calidad de materiales y de diseño.

Prácticamente todo el año hay labores de reparaciones y mantenimiento, que además del riesgo que representa, implica que se incremente considerablemente el tiempo de su recorrido. También hay que reconocer, que hay muchos conductores que van bajo el influjo del alcohol o drogas, a exceso de velocidad, distraídos en su celular, o en un vehículo con problemas mecánicos, con lo anterior, se crea la tormenta perfecta que hoy sufrimos.

Ahora bien, son conocidos los problemas de falta de pago para los ejidatarios que sufrieron afectaciones de sus parcelas, pero tal vez, donde siguen existiendo más señalamientos es en la falta de visión para aprovechar esta vía. Por ejemplo, el puente atirantado más grande en el mundo, el Baluarte, sigue sin un proyecto integral de aprovechamiento turístico, la mayoría de las cabañas de la sierra se encuentran en un completo abandono, sin una estrategia de promoción y sistema de reservas, sin señalamientos para ubicarlas y sin servicios turísticos.

Durango sigue sin ser un producto atractivo, que motive a los turistas de Coahuila, Nuevo Leon, Tamaulipas o Zacatecas a pernoctar una noche en nuestro Estado en su paso rumbo a Mazatlán, y por el otro lado, las grandes industrias no aprovechan el potencial de la supercarretera, ya que no existe un puerto de gran calado, como lo puede ser Manzanillo o Lázaro Cardenas. Por supuesto que hay avances, pero no los suficientes, ni a la velocidad que se requiere.

Twitter: @omarortegasoria

Escrito en: Pulso Legislativo problemas, aprovechar, presupuesto, falta

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