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De balaceras aisladas y retos en seguridad

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De balaceras aisladas y retos en seguridad

De balaceras aisladas y retos en seguridad

LUIS LOZANO

La semana pasada, un amplio sector de la sociedad capitalina (prácticamente la totalidad de los seres conscientes que se enteraron) se mostró preocupada por la serie de incidentes en que hubo de por medio del uso de armas de fuego.

El hecho más aparatoso, fue una persecución que terminó en la calle Vicente Guerrero de la colonia IV Centenario, donde sujetos hasta ahora desconocidos, persiguieron por varias cuadras a un hombre que, a pie, alcanzó a escapar de sus "enemigos".

Se trató, como se dice en el argot policiaco, de un intento de "levantón" o "plagio". Dio claridad sobre dicha versión, el hecho de que -aparentemente- jamás dispararon a herir, sino que los intentos fueron siempre por detener el vehículo.

El resto de los incidentes tuvieron que ver con hechos quizá menos graves en los específico, pues aunque hubo personas lesionadas (una mujer, lesionada de soslayo en un pleito entre sus hijos y otros sujetos; una joven herida por una bala perdida; y un taxista baleado tras un incidente vial), no representarían -en términos de paz social, gran dificultad. Fueron, digamos, hechos aislados a los que la casualidad puso en un lapso de tiempo muy cercano.

Sin embargo sí hay cosas de que preocuparse, aunque de entrada, no son los ciudadanos, sino las autoridades, quienes deben hacerlo.

Los tres incidentes relatados, indican que en tres días consecutivos, anduvieron por la ciudadad, sueltas, tres personas que no tuvieron miedo a cargar consigo un arma de fuego "por si acaso". Y el "por si acaso" se presentó.

Y es que los procesos de desarme, impulsados por el Ejército Mexicano, no han sido acompañadas de un esquema profundo de concientización respecto a la peligrosidad de las armas que, por cierto, suelen ser muy peligrosas en manos de los torpes. Y que en la mayoría de los casos, suelen pertencer a personas que no legitiman su propiedad.

Hace falta hacer algo para que las armas sean solo opción en un caso de peligro inminente, si es que el propietario decidió tenerla para su protección. Y al decir "hacer algo", se deben tomar en cuentas muchas variables, incluso la psicológica.

Un arma, le dijo al que esto escribe un experto, se convierte (casi inconscientemente) en opción -remota o principal- cuando de resolver casi cualquier conflicto se trata. Y eso no cualquiera lo controla. Y si no lo cree, pregúntele al taxista que, molesto, se le atravesó a un conductor armado por calle Urrea, y que terminó baleado.

La gran mayoría de las "balaceras" de la semana pasada fueron por ese motivo y algo debe hacer la autoridad.

Respecto al intento de plagio, luce hasta ahora -es de reconocerse- como un hecho méramente aislado. Sin embargo no por eso desmerece atención.

A 9 meses de iniciado el gobierno de José Rosas Aispuro Torres, las corporaciones policiacas están en un momento clave para atajar las circunstancias complejas que están ocurriendo en la entidad y evitar que ese intento de "levantón" se una especie de bandera de salida para más hechos violentos.

De aquí a septiembre, tanto la Fiscalía General del Estado como la Secretaría de Seguridad Pública, tienen el reto de demostrar -en lo práctico- que fue una buena elección colocar ahí a Ramón Guzmán Benavente y a Francisco Javier Castrellón Garza. Y de paso, si se toma en cuenta al Ayuntamiento, a Cecilia Soto Mendoza.

Los primeros dos, participaron activamente en el proyecto de Aispuro desde si inicio, hace ya varios años. Y en esta columna se planteó, antes de su nombramiento, que si había dos hombres con la lealtad suficiente a él (sin inclinarse hacia otro poder fáctico) son ellos. La opinión de este columnista sigue intacta. Pero será vital la estabilidad que en materia de seguridad entreguen en estas semanas, y que ojalá sean reflejo de lo que viene en el sexenio.

Por lo pronto, la mayor dificultad la tienen en la región serrana, donde desde hace años, prevalece una lucha férrea por el control de rutas para el trasiego de droga; e incluso disputas para apoderarse de más territorio, en materia de producción de enervantes.

La relación con el Ejército luce más que bien entre el gobernador Aispuro y el comandante de la 10a Zona Militar. Ojalá alcance para que se cumplan los objetivos que, en la materia, tiene este Gobierno.

Twitter: @luizork

Escrito en: a simple vista que,, intento, hechos, personas

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