Editoriales

El PRI y Aispuro se necesitan mutuamente

ComuniK2

El PRI y Aispuro se necesitan mutuamente

El PRI y Aispuro se necesitan mutuamente

IVÁN SOTO HERNÁNDEZ

El PRI hoy más que nunca está necesitado de alianzas que le permitan salir de su inanición. Y aunque parezca increíble, es muy probable que en Durango su mayor alianza sea con el grupo en el poder.

A querer y no, ambos entes se necesitan mutuamente. El Partido Revolucionario Institucional no sabe ser rijoso como oposición, tiende más bien a la institucionalidad y a la disciplina en exceso. Mientras tanto, al Gobierno del Estado le hace falta un brazo fuerte que sea más confiable.

Las trincheras del PAN y PRD han mostrado su tendencia siempre opositora, rebelde y carente de disciplina en estos primeros 10 meses de la alternancia en el poder -12 meses y medio sí contamos desde el triunfo en las urnas el 5 de junio de 2016-.

Al equipo del Gobernador José Aispuro Torres se le complica transitar con el panismo aliado, porque obviamente están formados diferente, su ADN es completamente opuesto, así que eso complica a veces desarrollar las estrategias del gobierno en lo administrativo y en lo político cuando no se habla el mismo idioma.

Con el PRD pasa lo mismo, aunque con diferentes razones en el distanciamiento: a los perredistas nadie los pone en orden, ni entre ellos mismos sucede. Las negociaciones no son en lo institucional sino en lo individual o si acaso en lo grupal, y aquí son pragmáticos, más que los demás partidos políticos, pues ostentan una ideología pero la ponen también sobre la mesa si es necesario.

Así que el Gobernador necesita ir pensando su proyecto político del sexenio volteando a ver al partido de sus amores, el PRI, o de lo contrario cómo podría impulsar sus cuadros para candidaturas a puestos de elección popular en las filas azules o amarillas, si en ninguna de ellas se sienten ellos identificados, ni los partidos aceptarían fácilmente hacer a un lado sus cuadros para importar gente de vena cien por ciento tricolor.

El Gobierno de José Ramón Enríquez piensa muy similar: le da entrada a los panistas y a los perredistas, pero no tanto. A la hora de la hora no tiene a ningún panista en su cuarto de guerra o en la toma de decisiones importantes. Eso lo hace con el grupo cercano, que por cierto no milita ni en el PAN ni en el PRD. Aunque Enríquez podría decirse que está más lejano al PRI de lo que está Aispuro.

Al Mandatario Estatal le han empezado a surgir puentes de entendimiento que podrían permitir el debut de un Carlos Maturino como candidato, la presencia nuevamente de Adrián Alanís en una campaña por el PRI, la posibilidad de que Jaime Rivas Loaiza pueda buscar la legislatura local o federal, y así podríamos seguir hablando de perfiles totalmente aispuristas a los que no hay forma de pintarlos de azul, o de amarillo.

El proceso para los posibles acuerdos requiere definir una cosa: qué hacer con el pasado sexenio y sobre todo con una propuesta de campaña que se hizo muy repetitiva: castigar la corrupción en todas sus modalidades. La respuesta de los diferentes grupos pudo ser sencilla: que se actúe, pero con cuadros que no lastimen tanto al PRI por dentro.

Bajo esa lógica no veremos enfrentando cargos a personajes que tengan una gran identificación con el priismo, sino gente que por razones sexenales tuvo poder e influencia en el Gobierno. Un perfil así ya ha sido expuesto. Los que vengan, si es que vienen, muy probablemente serán perfiles similares sin arraigo o querencia para el priismo.

Porque la lógica de los posibles acuerdos de necesidad mutua entre el PRI y Aispuro pasa por la posibilidad de no dar tantos palazos a la marca, sí a las personas y más cuando éstas puedan traer una marca, para que siga vigente la posibilidad de que en el futuro no lejano ambas instancias se ayuden a subsistir y a lograr sus objetivos.

En el 2018 se juega mucho en las urnas. El país puede dar un rumbo total si Andrés Manuel López Obrador les demuestra a los partidos de toda la vida que él solo con su marca es capaz de ganar la Presidencia de la República, el Senado, Diputaciones Federales y todos los espacios de poder que se disputen el próximo año.

Si eso ocurre, vayan anotando la debacle nacional del PRI y el PAN al menos, e incluso aún más la caída del PRD. ¿A poco no es mucho lo que podrían jugar y perder las franquicias como el tricolor, el blanquiazul o el sol azteca?

Sí lo es. Por eso no descarte para nada la posibilidad de una alianza que el PRI haga a nivel nacional en los estados donde es oposición para tratar de subsistir, y a cambio, ofrecer a los gobiernos de esos estados una mayor tranquilidad para operar sus proyectos políticos y administrativos de sexenio.

De ser así, las señales las iremos viendo en los próximos meses. Por lo pronto, los coqueteos ya se están empezando a dar en Durango. Falta ver si el entendimiento es mutuo y la necesidad de sobrevivir es algo que tengan en común el PRI y la administración. Al tiempo lo veremos.

Envíame tus comentarios a [email protected].

Escrito en: ComuniK2 posibilidad, poder, cuadros, partidos

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Editoriales

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas