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Arte, indiferencia y sangre

24/7/365

Arte, indiferencia y sangre

Arte, indiferencia y sangre

RICARDO MILLA

Tras un ríspido debate, el jurado de Cannes, presidido por el cineasta español Pedro Almodóvar e integrado por Par Chan-Wook, Diane Kruger y Wil Smith, entre otras personalidades del Séptimo Arte, decidió otorgar en su setenta aniversario la Palma de Oro (su máximo galardón) a la cinta sueca 'The Square' o 'La Plaza' en castellano.

La película escrita y dirigida por Ruben Östlund gira en torno al curador (interpretado por Claes Bang, tocayo del clásico autor de arte contemporáneo Claes Oldenburg) del ultramoderno y ultrasofisticado 'Real Museo de la X'.

Entre cenas de gala, 'performances', obras de arte que enuncian verdades incómodas a través de letreros de neón e instalaciones hechas de tierra y de pupitres escolares, la vida del playboy internacional transcurre con soltura hasta que un día le roban su celular y su cartera, a partir de ahí las peripecias que hará para encontrarlas, aunadas a una desastrosa campaña de relaciones públicas para promocionar la pieza 'La Plaza' que nombra a la cinta, llevarán al espectador por el intrincado mundo del arte contemporáneo.

Yo no pinto y jamás me ha interesado aprender a pintar, pero en los últimos 20 años sí me he interesado en la historia de la pintura y de los pintores, tanto vivos como muertos, tanto compatriotas como extranjeros, tanto figurativos como abstractos.

He encontrado en el arte pictórico puertas infinitas a otros mundos, a otras voces. Amo la pintura y la siento tan cercana como si fuera pintor. Por eso creo que los debates entre la gente que apoya la pintura y denota expresiones como la instalación, el video y el performance, y viceversa, quienes privilegian éstas en contra de la pintura, no sólo son estériles y ociosas sino que también me recuerdan a la amenaza proferida por el grandísimo pintor David Alfaro Siqueiros: "No hay más ruta que la nuestra".

Obviamente difiero y he encontrado a lo largo de mi vida que hay muchas rutas y viene a mi mente el ejemplo que mi gran amigo, el estupendo fotógrafo murciano Juan de la Cruz Megías, en una ocasión me compartió: "Si tu lees un texto que te conmueve o que te estruje, no te va a importar si el autor lo escribió con una pluma cara o barata, con un lápiz que le heredaron sus abuelos o con una que se robó del banco, con una máquina destartalada o el más reciente y caro ordenador; lo realmente importante es el espíritu del texto y lo mismo sucede con las imágenes: las capturó con un celular o con la cámara más sofisticada o las pintó, esto para mí es secundario". Y estoy totalmente de acuerdo.

En estos años recientes hemos presenciado un debate acalorado e incluso a veces violento de fundamentalistas contra fundamentalistas. Yo disfruto y vibro igualmente con el corpus de obras de Francis Bacon o las fotografías del libro C.E.N.S.U.R.A. de Julián Barón o con el 'performance' de Santiago Sierra 'La Lona' donde un grupo de personas permanece estática, impávida, cubiertos con una lona ajenos a hechos monstruosos como los 2 mil 186 casos de homicidios dolosos registrados en nuestro país este mayo pasado (cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública), lo que lo convierte en el mes más violento en la historia reciente de nuestro país.

Será que como escribió Jorge Ayala Blanco en 1994: "México vive al margen del tiempo presente, instalado sobre la pudrición de un sistema sociopolítico". Es pregunta.

Escrito en: 24/7/365 arte, pintura, tanto, vida

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