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Un aniversario más

Pura Intuición

RAFAEL ALARCÓN

Feliz aniversario de nuestro Periódico el Siglo de Durango deseando cada día más éxitos y seguir forjando opinión en nuestra sociedad que se transforma cada día y la prensa juega un papel importante puesto que guía la veracidad de los hechos que se viven en nuestra sociedad y en el mundo.

Por esta razón hoy comentaré como ciudadano una visión de lo que es la evaluación de la calidad periodística.

El problema de la evaluación de la calidad del periodismo parece estar en el consenso o disentimiento en relación con: el cómo, por qué y para qué hacer periodismo; y las causas están asociadas (o podrían estarlo) a varios factores, entre los cuales los principales conformadores de las representaciones intersubjetivas es la profesión, estarían el uso cultural de los materiales periodísticos (por qué consumimos noticias), y las matrices culturales del consumo mediático que pautan modos socialmente condicionados de lectura de los medios masivos, no ajenos a géneros y a tipos de medios, capaces de imponer fronteras de fruición y comprensión. Todo lo cual puede reducirse a una ecuación más sintética: la visión del periodismo es una implicación de sus funciones en correspondencia con las expectativas de públicos consumidores.

Al evaluar las calidad de determinado ejercicio periodístico, es inexcusable esclarecer cómo se construye esa valoración si pretendemos justipreciarlo desde una perspectiva lógica; tanto más cuanto el periodismo, como producto o manifestación, es un componente habitual en la cotidianidad del hombre y mujer de nuestros días estigmatizado, según el cristal con que lo miren. Los consensos en grupos y estamentos de consumidores del producto periodístico, reflejan una situación que lo cierto es que -en muchas ocasiones- ya es un tópico en las teleologías, axiologías y epistemologías mediáticas, y que las prácticas sociales, las cuales suelen poner en aprietos cuando someten asertos a la constatación empírica.

La evaluación de la calidad del periodismo no tiene un criterio único en cada uno de los contextos donde se formula. Un examen de los disímiles criterios de discernimiento al respecto parece indicar que el consenso o disentimiento en relación con: el cómo, por qué y para qué, hacer periodismo; están asociadas a (o pudieran ser) varios factores, entre los cuales estarían como principales conformadores de las representaciones intersubjetivas de la profesión: el uso cultural de los materiales periodísticos que se traduce en la pregunta por qué consumimos noticias, y las matrices culturales del consumo mediático (prácticas comunicativas, sistemas de expectativas socialmente compartidos, y sistemas cognoscitivo-axiológicos) que pautan modos socialmente condicionados de lectura de los medios masivos, no ajenos a géneros y a tipos de medios, capaces de imponer fronteras de fruición y comprensión.

Lo arriba apuntado, está complementado por la percepción paradójica - en tanto estática - de la evolución del campo, constatable en los productos comunicativos editados desde los medios manuscritos hasta los actuales medios electrónicos de alta tecnología; la cual supone que la diversificación y/o cambio de las funciones del periodismo, guarda correspondencia con las circunstancias o eventos históricos en los que se ejecuta y la labor periodística así como el desarrollo de la base técnico-material que lo difunde.

Aunque ello no pueda soslayar que en la base de la oposición producción- consumo periodístico, los consumidores influyen, a la vez que han sido influidos, habida cuenta que los órganos de prensa facturan para ellos sus productos, y las características de sus consumos producen, tarde o temprano, elementos de reajustes de la producción periodística.

Estos análisis precedentes, enfocados desde una perspectiva histórico- materialista expresan en el orden de la producción simbólica, una relación análoga a la que se subyace en los procesos de producción, distribución y consumo de otros productos.

Consecuentes con dicha perspectiva, la función más general de los medios en el plano de la producción simbólica, y del periodismo en particular, puede ser expresada en términos de consenso, como los del siguiente enunciado:

El intercambio informativo, si se produce en entornos socia¬les, proporciona un sentido social a la mediación: los agentes sociales sean grupos u organizaciones que procuran informa¬ción sobre el acontecer, se institucionalizan para la producción social de mediaciones: son medios de comunicación social. Los medios de comunicación social se convierten en instituciones especializadas no solamente de información acerca del acontecer social, sino sobre todo de transmisión de significados sociales reproductivos.

Sin embargo, las reflexiones derivadas, no por numerosas están muy lejanas de los dos campos esenciales de las organizaciones sociales de comunicación: el de la cognición y en el de la intervención social como agentes de conservación o cambio estructural.

En el primero, encontramos el problema de los órganos de prensa como instrumentos de cognición, que puede expresarse en dos interrogantes: ¿puede el periodismo reflejar "fielmente" la realidad (o problema de la objetividad periodística) y ¿cuán orgánico debe ser ese reflejo para ser autosuficiente? (problema de la integridad del relato y la homogeneidad de las lecturas).

En el segundo asunto, se hallan las más diversas y encontradas razones sobre la legitimidad de las prácticas del periodismo con arreglo a fines asociados a determinados paradigmas de organización social (deontología profesional, cometidos funcionales al nivel del sistema, eficacia y eficiencia de modos de intervención, etc.).

Como puede apreciarse la diversidad de elementos y complejidad del campo rebasa largamente las posibilidades de una reflexión exhaustiva, fuera de los marcos de una monografía, no obstante la búsqueda de los mecanismos de la percepción de los elementos más álgidos de las prácticas periodísticas: objetividad, integridad y legitimidad, merece el beneficio de la pluralidad de pareceres, razón más que suficiente, para examinar someramente algunas posiciones al respecto .

Desde la perspectiva del desarrollo tecnológico y sus efectos sociales en la aparentemente proteica realidad contemporánea, que sugiere la transformación estructural y funcional de ese campo, con sus augurios de mutaciones radicales, cuando no muertes, nacimientos y resurrecciones, dota a la información ( que no a la comunicación) de nuevas virtudes habida cuenta de que le permiten a los periodistas ver más y trasmitir más rápido, desde más lejos y con mayor fidelidad.

Ahora a escala global la influencia mediática, de la cual obviamente forma parte el periodismo, se manifiesta hoy en términos de pandemia cuya concreción son dos fenómenos significactivos en muchas sociedades contemporáneas; esos fenómenos se designan en español con los vocablos de "masmediación" y "audienciación" con los cuales se aluden respectivamente a la influencia general de los medios en múltiples dinámicas de la sociales (desde los consumos - materiales y espirituales- hasta la intervención esfera pública); y a la dependencia de la información mediática[5] por parte de los públicos para componer y/o comprender muchas de las realidades intersubjetivas no vividas.

En final prensa está sujeta a leyes de periodismo muy a modo que no afecte el poder aunque la vida del periodista en nuestro país este en peligro cuando la verdad se expone

Es mi intuición que nuestro estado cambiara cuando la sociedad y nuestros opinadores se sumarán para cambiar la esencia y no lo síntomas usted qué opina?

Escrito en: Pura Intuición medios, periodismo, social, sociales

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