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De Política y Cosas Peores

ARMANDO CAMORRA

Dos chicas se casaron el mismo día, la primera con un novio de su edad; la otra con un galán maduro. A su vuelta de la luna de miel se reunieron a fin de comentar sus experiencias. Dijo la del marido joven: "Estuve de luna de miel 30 días, y me pareció que había pasado un segundo". Declaró la otra: "En mi caso, para que pasara un segundo tuvieron que transcurrir 30 días". (No le entendí)... Dulciflor dio mano de esposa a Haronio, muchacho irresponsable. Exactamente a los nueve meses de casada Dulciflor dio a luz unos hermosos quíntuples. Haronio le dijo con orgullo al papá de su mujer: "¿Ya ve, suegro? ¡Y usted que decía que soy un bueno para nada!". El labioso galán venido de la ciudad no conseguía que la fresca muchacha campesina se le entregara. "¿Qué sucede, Bucolina? -le preguntó desconcertado-. Me permites que te abrace con ardor; que te bese apasionadamente; que te haga caricias encendidas, pero no me dejas llegar hasta el final. ¿Por qué?". Explicó ella: "Es por un dicho que tenemos aquí: 'De la tapia lo que quieras, pero de la huerta nada'". Don Algón le comentó a su socio: "Voy a la iglesia a orar, y le pido al Señor que me envíe dinero para mis inversiones". Replicó el otro: "Yo también voy a la iglesia y rezo. Pero no le pido dinero a Dios. El Señor es mi pastor, no mi banquero"... Una estudiante adolescente invitó a su compañero de escuela a cenar en su casa. El muchachillo no comía: devoraba. Le advirtió el papá de la muchacha: "Cuando llegues a la parte blanca contén tu apetito, Famelicio. Es el plato"... Doña Macalota y don Chinguetas fueron a un hotel. El empleado de la recepción les informó que todas las habitaciones estaban ocupadas, pero les ofreció la suite nupcial. "¡La suite nupcial! -se disgustó don Chinguetas-. Joven: mi esposa y yo tenemos 40 años de casados". "Entonces, señor -contestó el recepcionista-, lo único que les podría dar sería el salón de baile. Y tampoco esperamos que usted y su señora se pongan a bailar"... Dulicilí era muchacha candorosa. Su amiga Rosibel, en cambio, tenía amplia experiencia en el trato con los hombres. Una noche Dulcilí llegó extasiada. Había conocido a un guapo chico del cual se enamoró a primera vista. Le dijo entusiasmada a su amiga: "¡Esta noche por fin me picó el gusanito del amor!". Le preguntó su compañera de departamento: "¿Y qué tal tenía el gusanito tu galán?"... Doña Panoplia de Altopedo, mujer de buena sociedad, tenía esa noche invitados a cenar. Le indicó a la nueva criadita de la casa: "Ancilia: hay una cosa que me desagrada. Los señores van al baño y luego toman con los dedos los terrones de azúcar para el café o el té. Hazme el favor de poner unas tenacitas". Al empezar la cena doña Panoplia observó que no había tenacitas en el azucarero. Llamó a Ancilia y le preguntó en voz baja: "¿Y las tenacitas?". Respondió la muchacha: "¿Qué no deben estar en el baño?"... Babalucas conoció a una linda chica en la playa nudista. Al despedirse de ella le dijo: "Me gustaría verte más"... Nalgarina Grandchichier, vedette de moda, contrajo matrimonio. La mañana de la boda recibió un ramo de flores que le enviaba Tetonia Pompadura, su principal rival en la farándula. El ramo traía una tarjetita: "Felicidades, amiga. Por primera vez te vas a acostar con un marido propio"... Don Cornulio llegó a su domicilio y sorprendió a su esposa en situación comprometida con un desconocido. "¿Qué es esto, mujer? -le reclamó furioso-. ¡Desvistiéndote en presencia de un hombre!". Respondió ella con timidez: "La verdad es que no me estoy desvistiendo, Corni. Ya me estoy vistiendo". FIN.

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