-¡Shhh!
Cuando apareció en escena el famoso tenor para cantar "Rigoletto" un hombre que estaba en la galería del teatro exclamó sin recatar la voz:
-¡Yo hice las botas que trae! ¡Miren qué bien le lucen!
Quienes estaban alrededor se molestaron.
-¡Shhh!
Al día siguiente el zapatero buscó en los periódicos la reseña de la ópera. Todas las crónicas hablaban del tenor; ninguna mencionaba las botas que había usado.
Esa omisión sorprendió al zapatero.
-No lo puedo negar -dijo a su esposa-. El tenor canta muy bien. Pero ninguno ha tenido unas botas tan buenas como las que llevaba él. ¿Por qué nadie habla de ellas?
Este pequeño cuento enseña una verdad: cada persona es el centro del universo. Todas las cosas del mundo giran alrededor de cada hombre o mujer. Entenderemos mejor el mundo, entenderemos mejor a cada mujer y a cada hombre, cuando entendamos al zapatero. (Claro, también cuando entendamos al tenor).