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El mazo constituyente

JESÚS SILVA-HERZOG

JESÚS SILVA

La deriva totalitaria del régimen venezolano es indefendible. Tras la conformación electoral de una mayoría opositora, el régimen apostó por la anulación del congreso. La treta del constituyente es grotesca. Un autogolpe: frente a un parlamento adverso, inventar uno leal y omnipotente. En la concepción del órgano hay una estrategia despótica apenas barnizada de representatividad. Expulsar a los adversarios de la esfera institucional para facilitar su criminalización. Ya se sabe que, para el populismo, la sociedad está partida en dos: el Pueblo y sus enemigos. Si el Pueblo tiene una causa legítima y una voz digna, el Antipueblo, apátrida y servil, ha de ser proscrito. El propósito del órgano constituyente es anular institucionalmente al órgano legislativo y apropiarse definitivamente de todas las instituciones del Estado. Incapaz de lidiar con un parlamento adverso, acosado por la crítica y la rabia, el gobierno de Maduro ha resuelto desconocer la institución desfavorable y, de paso, barrer todas las instituciones. Un constituyente adicto el poder está llamado a liquidar los remanentes del pluralismo.

Maduro intenta recuperar iniciativa y reimpulsar las hostilidades con su constituyente. Como un órgano al servicio de Maduro, se reconoce la propia asamblea. Se inauguraba así, explícitamente, con muestras de gratitud al "presidente pueblo" que había puesto en marcha el histórico proceso.

El constituyente no se encarga del largo plazo, administra y gobierna el día a día. Suplanta autoridades, intimida y castiga. El flamante constituyente se ha vestido como todopoderoso para respaldar el refuerzo autoritario del régimen. No deja la legislación ordinaria a la Asamblea Nacional porque absorbe todas sus facultades. Por eso se advertía desde la primera sesión que la constituyente actuaría de inmediato. Que no había que esperar semanas o meses para sentir el peso de la asamblea. Lo importante, más que el texto de la nueva constitución, serían sus golpes. Los efectos del mazo constituyente se han empezado a sentir. La fiscal que osó disentir del proceso constituyente y que rompió con el régimen para denunciar su carácter dictatorial fue removida tras una veloz votación del constituyente. Bastó una arenga contra la traidora para conseguir una votación unánime. Ni una sola voz en contra. Ni una abstención. La unanimidad de la tropa contra los renegados. La asamblea constituyente fiscal, juez y ejecutor.

Como decía la presidenta de la Asamblea Constituyente, su tarea no es aniquilar la constitución chavista, a la que se da trato de "constitución-madre." De lo que se trata, ante todo, es de "apartar del camino" a los opositores. El proceso constituyente se concibe de esta manera como una intensificación de la guerra del Pueblo contra sus enemigos. A juicio de la presidenta, en Venezuela la dictadura la ejerce... la oposición. Esa es la convicción del régimen: quien se opone al patriótico gobierno ejerce una dictadura criminal. La constituyente se ha diseñado, pues, para acompañar al presidente venezolano en su guerra contra una parte de la sociedad venezolana.

La constituyente de Maduro es una declaratoria de emergencia que otorga carta libre para la purga y permiso para la represión. Es también algo más. Algo que escapa de la urgencia. No es solamente una cuerda para sobrevivir. Es también una redefinición profunda del régimen. El populismo chavista tenía un carácter autoritario pero tenía, al mismo tiempo, fundamento electoral. Había competencia por los votos y también contrapesos. Maduro pretende deshacerse de ellos. A pesar de la reverencia que en el discurso se hace a la constitución madre, el proyecto de Maduro supone un apartamiento político de extraordinaria relevancia. La constitución del 99, a fin de cuentas, instauraba un dispositivo de representación democrática y un mecanismo de control y dispersión del poder. Después de todo, con esa constitución se pudo propinar alguna derrota a Chávez y con sus reglas la oposición pudo ganarle a Maduro. Si, como escribía Rafael Rojas hace un par de meses, Maduro quiere archivar la constitución chavista es porque es una constitución democrática. La constituyente de los maduristas quiere deshacerse de aquellos estorbos. Esa es la apuesta: ante la crisis, una fuga al totalitarismo.

Escrito en: JESÚS SILVA-HERZOG constituyente, constitución, Maduro, órgano

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