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Lección aprendida la del Corredor Universitario

Pura Intuición

RAFAEL ALARCON

La complejidad que presenta hoy la realidad urbana, sometida a procesos de cambios sociales, políticos y fundamentalmente económicos, demandan revisión en la concepción de las herramientas de la planificación.

En este contexto la relevancia de aspectos comunes en su estructura y metodología en la concepción de planes directores y planes estratégicos territoriales, deben ser contempladas como base y directriz de la acción, visión y misión en la promoción del desarrollo, objetivo de la planificación urbana, para integrarlos a través de estos mecanismos, como estrategia para el cambio, en la toma de conciencia, cultura urbana, y de educación.

La falta de visión global en la planificación urbana tradicional, de integridad en sus enfoques, y ausencia de mecanismo de participación efectiva de la comunidad, en la concreción de sus herramientas, genera en muchos casos, planes directores desconectados de su realidad, o de ocurrencia del momento y con pocas probabilidades de incorporarse con cierto éxito en la gestión urbana, imposibilitada de observar el fenómeno social cultural y económico que se lleva a cabo en el territorio durante el proceso de ordenamiento.

Reconceptualizar la planificación urbana, sus niveles, enfoques, y su relación con las variables territoriales, sociales, económicas, definidas en un ámbito de participación, fortalece los planes, la gestión, incorpora contenido estratégico y favorece planificación estratégica, para potenciarla partiendo de la reconceptualización de los planes directores.

El objetivo es direccionar estratégicamente los planes directores, a partir de la interacción entre los planes directores y la planificación estratégica, para fortalecer la Planificación urbana en la promoción del desarrollo posible.

La planificación urbana contiene aspectos ideológicos, políticos y variables como las espaciales, poblacionales, económicas, sociales, culturales, territoriales, y otras que los enfoques por su interacción deberían integrar en su análisis, conducente a posibilitar visión y gestión, constituyéndose en un instrumento conceptual ajustado a la realidad, capaz de orientar la toma de decisión, encaminada a implantar los cambios posibles y necesarios para promover desarrollo y legitimar gestión.

La globalización, en el marco de la economía neoliberal, ha iniciado un proceso de desregulación del Estado a partir de procesos de privatización y descentralización, que han creado un marco de oportunidades y desafíos para los gobiernos locales, en la medida que el Gobierno les ha entregado mayores responsabilidades y recursos; esta realidad parecería afectar la importancia asignada a la relación o al carácter centralista de los niveles territoriales de la planificación por lo que la planificación urbana actual, demanda un fortalecimiento de sus enfoques en el ámbito local, como base para planificar estratégicamente el territorio.

La crisis del urbanismo tecnócrata, la falta de innovación, su visión sectorial son factores que han invalidado la visión global de la problemática de las ciudades y han restado la posibilidad de contribuir significativamente en el proceso de su desarrollo, para lo cual citaré algunos autores que refuerzan esta idea.

Un primer acercamiento a los objetivos de la planificación nos lleva a sostener que es prever y tomar decisiones en el presente para conducirnos a un futuro deseable y posible, deseable en el marco de las aspiraciones sociales y culturales, posible, ideológica y económicamente.

Como resultado de las dificultades inherentes de ciudades que crecen generalmente por presiones sectoriales y niveles administrativos sin coordinación e inadecuada o ausente participación ciudadana, nacen planes de bases físicas y gestiones desarticuladas, que no contienen la visión global de un territorio o ciudad o jurisdicción que pueda ser comprendida por sus habitantes, que no está integrada en la visión de territorio, no es sustentable en el tiempo y es incapaz de promover desarrollo.

Para fortalecer los objetivos de la planificación es importante clarificar conceptos y establecer áreas comunes de acción, niveles de participación, para generar una visión integral y una acción estructurada, ideológicamente coherente, social y económicamente posible, en este marco los planes de ordenamiento territorial deben reconocer y contener los aspectos relevantes que marcan la integralidad de los enfoques de la planificación.

El futuro no es más que la proyección del presente, decíamos que planificar es prever y decidir en el presente las acciones que nos conduzcan a un futuro deseable y posible. ¿Cuáles acciones en el presente? Las que demandan satisfacción de las necesidades esenciales como, falta de agua potable, de equipamientos sociales, infraestructura, servicios de salud, educación, transporte, recreamiento, y otras más complejas como, la vivienda y el desafío económico que representa la generación de empleo que controle la producción y la distribución de la riquezas, equilibrando objetivos sociales.

Es mi intuición que una planificación estratégica en este renglón es necesaria y urgente si deseamos una ciudad moderna y tan solo pregunto ¿cuándo se resolverá el flujo vehicular de norte a sur de nuestra ciudad? Es sumamente caótica, principalmente la calle de Cuauhtémoc a las 3 de la tarde o desviar una avenida de tres carriles a uno solo o muchos que vivimos a diario.

Escrito en: Pura Intuición planificación, planes, visión, urbana,

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