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Suicidas en potencia dentro de las escuelas

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Suicidas en potencia dentro de las escuelas

Suicidas en potencia dentro de las escuelas

CITLALLI ZOÉ SÁNCHEZ

Tras darse a conocer el intento de suicidio de al menos tres jovencitas estudiantes de la Escuela Secundaria Ignacio Manuel Altamirano (ESIMA) turno vespertino, el propio Secretario de Educación, Rubén Calderón Luján ha dicho que se le brindará capacitación a los docentes para detectar posibles casos de riesgo de alumnos con problemas de salud mental y que pudieran atentar contra su propia vida.

En una primera instancia, el anuncio por parte del Secretario parece una buena idea, sin embargo, se debe tener mucho cuidado en atribuirle a los maestros responsabilidades que no son suyas, pues esto derivará en una verdadera cacería de brujas contra los docentes cuando "fallen" en observar a los alumnos.

Haciendo un breve recuento del caso de las jovencitas, el cual fue ventilado en los medios de comunicación por una madre de familia de las afectadas, una alumna llevó a la escuela medicamento controlado y lo compartió con las demás quienes consumieron los fármacos y tuvieron que ser atendidas en un hospital por la intoxicación sufrida. A partir de allí, hubo quien atacó a los maestros por no darse cuenta del comportamiento de las estudiantes pero ¿es realmente su culpa?, ¿ellos están obligados a percatarse de que una persona está deprimida?, ¿las chicas se acercaron con algunos de los docentes para pedir ayuda ante la inestabilidad emocional que sufrían?

Bien se sabe que la adolescencia es una etapa difícil dentro del ciclo de vida del ser humano, se conjugan varios factores de riesgo si se carece de buenos fundamentos en el seno familiar y allí, poco o nada puede hacer un maestro, aunque tenga toda la intención de ayudar.

Hay maestros que tienen una mayor sensibilidad que otros, un mayor compromiso con el desarrollo de sus estudiantes. Hay maestros que son una fuente de inspiración y que sí, pueden ser una pieza clave para el éxito de sus alumnos o un cambio de vida pero no todos tienen esa sensibilidad.

En un aula donde reciben cada una o dos horas más de 30 muchachos, se torna difícil el intimidar con todos ellos. Quizás puedan detectar conductas agresivas o un bajo rendimiento escolar pero en ocasiones, una persona deprimida aparentemente es exitosa. Ahora bien, ¿de qué serviría que el maestro lo detectara, si al hablar con los padres de familia estos simplemente lo ignoran, se niegan a aceptar la situación y a brindarles la atención médica o sicológica que necesitan?

Aunque el maestro pudiera dar cierta orientación al joven, sus esfuerzos se verán reducidos si al regresar a su casa éste sigue en el mismo ambiente: violencia, pobreza, abandono, indiferencia, adicciones.

El asunto es delicado. La incidencia de suicidios en Durango va en incremento y falta por contabilizar los intentos de quitarse la vida y aquellos casos que sí logran su cometido pero lo "disfrazan" de un accidente automovilístico, de una congestión alcohólica, entre otros.

Está bien que los maestros tengan capacitación sobre el tema y se involucren activamente en la prevención del suicidio pero no son los primeros responsables. Los padres de familia deben ser informados y capacitados en la materia. De ser posible, ellos mismos deben tener apoyo sicológico para corregir las conductas que han incidido negativamente en sus hijos. Se requiere pues, de un programa bien estructurado que hasta el momento, no se ve que las autoridades, de educación y del sector salud e incluso hasta de atención social, lo tengan muy claro.

PUNTO Y APARTE.- A propósito del sector educativo, una vez que se tuvo el espacio para que operara la Secundaria de la Normal Superior del Estado hubo un gran interés por parte de varios padres de familia para que sus hijos estudiaran allí. El problema fue que al parecer, se le dio preferencia a los recomendados que según afirman vienen directamente del Gobierno Estatal, de manera que estudiantes que pertenecían a la Escuela Primaria Anexa se quedaron sin lugar. Qué lamentable.

Estamos en contacto @citlazoe

Escrito en: Nota al margen maestros, familia, padres, docentes

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