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¿Cómo se mide el éxito de los padres?

PADRES E HIJOS

¿Cómo se mide el éxito de los padres?

¿Cómo se mide el éxito de los padres?

IGNACIO ESPINOZA GODOY

Tradicionalmente, cuando se habla de padres exitosos, inmediatamente, muchas personas asocian esta expresión a dos progenitores que tienen trabajos cuyos ingresos económicos les permiten contar con automóviles nuevos o, por lo menos, de modelo muy reciente, además de darse el lujo de vivir en una zona residencial exclusiva y que sus hijos asistan a colegios particulares de reconocido prestigio en su selecto círculo social, así como disponer de una membresía en el club deportivo más importante de su localidad.

Esta descripción es resultado de un pequeño sondeo realizado entre varias personas de diferente nivel socioeconómico, quienes opinaron que el éxito de los padres de familia se mide a partir, precisamente, de su solvencia financiera, de la capacidad que tengan para adquirir determinados bienes materiales y de su fácil acceso a servicios a los que una inmensa mayoría tiene restricciones por obvias razones.

Sin embargo, de acuerdo con el enfoque que con relación al éxito hacen algunos especialistas en terapia familiar, todo lo anterior está muy alejado del concepto que realmente encierra el éxito, ya que el hecho de contar con un nivel económico sobresaliente sólo se puede describir como prosperidad en el aspecto financiero, en función de los recursos económicos que uno o ambos padres de familia pueden generar para satisfacer con gran holgura las necesidades de su hogar.

El éxito dentro de una familia se puede medir, afirman, a partir de la armonía, de que existan los bienes materiales suficientes para satisfacer las necesidades básicas de todos sus integrantes y también, en caso de que falten los recursos económicos para cumplir con ese objetivo, mantener la unidad de sus miembros y, en ese tiempo de crisis, salir unidos sin que se afecte ni se altere ese clima de amor y solidaridad.

Lamentablemente, aseveran los expertos, en la actualidad, el estereotipo de la familia con poder económico es la que se asocia con el modelo de la familia exitosa, pero nada más lejano de la realidad, ya que en nuestros tiempos abundan, afortunadamente, aquellos hogares en donde los padres gozan de un éxito tal que se puede catalogar en este contexto porque han sabido sacar adelante a su familia con base en el esfuerzo cotidiano y el trabajo honrado que les permite proveer los satisfactores mínimos indispensables, aunado a que procuran fomentar entre sus hijos los valores más importantes como son el respeto, el amor, la tolerancia, la comunicación, la solidaridad y la generosidad, los cuales llevados a la práctica constituyen el mejor legado que los progenitores pueden dejar a sus vástagos.

Lo más importante, amable lector, es que los padres inculquemos en los hijos que el éxito en la vida no se vincula siempre con el dinero, con la capacidad financiera de adquirir muchos bienes materiales, que si bien es importante poder acceder a ellos, no hay que dejar de lado el afecto, el amor y el cariño que recibimos de los padres, los hermanos, los primos, los tíos, los amigos y hasta de los compañeros de trabajo, pues todo ello es mucho más valioso que los recursos económicos que se puedan ganar o acumular todos los días.

Aunque suene a comercial de una tarjeta de crédito, muchas cosas se pueden comprar con tan sólo firmar utilizando este tipo de instrumentos financieros; sin embargo, lo más importante no tiene precio, pues son bienes intangibles que se perciben a través de los sentimientos, del corazón, a los que sólo se puede acceder con la convivencia diaria, entregando lo mejor que tenemos, poniéndolo al servicio de los que más queremos, de los que nos rodean.

El éxito no está en la acumulación de más riqueza, en un sinfín de bienes materiales y de lujos que pueda haber en un hogar. El éxito está en la capacidad que tenemos los seres humanos para ser felices con lo que poseemos, sin que esto signifique necesariamente que debamos ser conformistas, pero sí disfrutar con lo que contamos en este momento para aspirar a algo mejor, aunque esto no debe convertirse en una obsesión ni pasar sobre los demás para conseguirlo, pues lo que se obtenga de esta manera no puede considerarse positivo ni formar parte del éxito.

Los padres debemos ser cuidadosos en todo lo que digamos y hagamos dentro y fuera del hogar, pues los hijos tienden a ser los mejores observadores e imitan de manera inconsciente nuestras actitudes, nuestros hábitos, de tal forma que debemos enviarles mensajes positivos, en el sentido de que el éxito al que aspiramos todos los días se mide en función del bienestar del que gozamos cotidianamente, pero no por los bienes materiales que existen en casa, sino por la armonía, por la buena relación y la comunicación constantes que nos permiten salir adelante, incluso, en los momentos de adversidad.

Finalmente, estimado lector, el éxito como tal debe ser una meta que nos debemos fijar día con día, sin que eso implique desviarnos del propósito de llevar, en la medida de lo posible, una buena relación con todos los que nos rodean, pues cada persona también tiene su propio concepto del éxito.

Escrito en: Padres e hijos éxito, familia, padres, bienes

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