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Después del sismo, ¡cuánta rata está saliendo!

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Después del sismo, ¡cuánta rata está saliendo!

Después del sismo, ¡cuánta rata está saliendo!

JOSÉ NOEL PÉREZ SALAIS
"La incompetencia es tanto más dañina cuanto mayor sea el poder del incompetente". — Francisco Ayala

Eso es lo que se está descubriendo después del sismo que sacudió una parte de la Ciudad de México, después de que pasaron desgracias, después de que se vinieron abajo edificios "aparente y supuestamente" nuevos o de reciente edificación, con una cimentación "correcta, siguiendo la normatividad vigente para la construcción de todo este tipo de edificios", pues nos percatamos de que no fue así, que la corrupción y la cultura del moche y la mordida imperó en gran parte de la construcción de estos edificios.

Por los muchos trámites burocráticos que se llevan a cabo en la Ciudad de México ¿cuánto pagarían por permitir construir sin observar las mínimas medidas de seguridad para los edificios?, ¿cuánto pagarían las constructoras sinvergüenzas por sacar un permiso que no cumplía con la ley?, esto para poder hacer el negocio de su vida, y al paso del tiempo a tapar el pozo, después de tantas pérdidas humanas y ojalá de verdad lo taparan y bien

Ahora están saliendo a la luz un número importante de irregularidades que se cometieron por parte de las constructoras que se encargaron de edificar grandes y altos edificios a diestra y siniestra, pero obviamente es más que evidente que las autoridades locales delegacionales y el propio gobierno de la CDMX comparten la culpa por permitir que se construyeran edificios sin las medidas de seguridad mínima. ¿Qué hubiera sucedido si el sismo hubiera superado los 7.1 grados? seguramente estaríamos lamentando más desgracias y pérdidas de vidas humanas.

Por otra parte, se quiere linchar a la Directora de una institución de educación privada y con justa razón; sin embargo, la culpa no únicamente es de ella, los funcionarios corruptos también tienen una gran responsabilidad porque permitieron que se construyera, sin cumplir con las medidas de seguridad, un departamento en un cuarto piso, con material pesado como el mármol y un jacuzzi, entre otras cosas; además de que la documentación en materia educativa no estaba en regla. Pero ese es solo un caso entre muchos que se ven en edificios que se vinieron abajo por negligencia de particulares y de empleados de gobierno que a cambio de un moche se hicieron de la vista gorda y permitieron seguir adelante con verdaderos ataúdes edificados.

Lamentablemente no podemos recuperar las vidas que se perdieron, pero sí podemos evitar que vuelva suceder una catástrofe de tal magnitud Clausurando edificaciones que no tienen las medidas de seguridad para poder soportar y sobrellevar un temblor, independientemente de los millones de pesos que vorazmente querrán ahorrarse algunas constructoras.

Tal vez son sueños guajiros el pensar o desear que se transparenten los procedimientos para la seguridad de los capitalinos y, desde luego también de los habitantes de las entidades federativas que fueron golpeadas como Oaxaca, Puebla y Chiapas.

. . . puede ser que sí, puede ser que no, lo más seguro es que quién sabe, pero. . . ¿hasta dónde ha llegado el poder de las televisoras?, que algunas se han encargado de mal informar, de exagerar e inventar historias y todo con el propósito de enriquecerse con altos niveles de audiencia para captar más patrocinadores que paguen por anunciarse, en medio de la desgracia. Es deshumanizado jugar de esa manera con la mente de los telespectadores; pero la misma sociedad ha sido coparticipe de tener cadenas televisoras de pésima o baja calidad, así como tenemos el gobierno que merecemos, tenemos los programas televisivos que merecemos.

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