L A renuncia de Margarita Zavala al PAN y su decisión de competir por la Presidencia de la República vía una candidatura independiente, más allá de los militantes panistas que sigan sus pasos, debilita severamente al Partido Acción Nacional y, por consecuencia, al llamado Frente Ciudadano por México; en contrapartida, fortalece a los otros contendientes con posibilidades reales de ganar: Partido Revolucionario Institucional y Andrés Manuel López Obrador.
El presidente Enrique Peña Nieto y su partido apuestan a repetir el modelo del Estado de México, que incluye, entre otras cosas: un el uso intensivo de los programas sociales del gobierno federal para impulsar el voto tricolor; la pulverización del voto de la oposición; y la contención del voto útil a favor de principal candidato opositor.
Precisamente para poder implementar el primer punto de esa estrategia es que la Presidencia de la República interpuso recursos legales ante la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en contra de los acuerdos del Consejo General del Instituto Nacional Electoral, que pretendían regular la presencia de líderes de partidos y funcionarios públicos en los promocionales en radio y televisión, así como, el dirigido a la propaganda oficial y el reparto de beneficios y tarjetas de los programas sociales durante los procesos electorales.
Desde Los Pinos también trabajan en impulsar un mayor número de candidaturas independientes en la lógica de que eso contribuirá a pulverizar el voto, lo cual efectivamente puede suceder; pero todavía es prematuro identificar a los perjudicados y los beneficiados, aunque hay algunos más claros que otros.
Las encuestas de preferencia electoral mostraban que Zavala era la aspirante blanquiazul que mayor porcentaje de votación lograba para el PAN; pero dicho número se reducía sensiblemente cuando se le incluía como candidata sin partido. Aunque todavía faltan muchos meses para la jornada electoral y, en el transcurso de las campañas las preferencias pueden moverse mucho, con la información disponible en estos momentos la postulación de Zavala como candidata independiente se traducirá en una disminución de los votos del PAN y consecuentemente del Frente, si finalmente se concreta; pero no será suficiente para que ella obtenga el triunfo.
El que la abanderada blanquiazul o del frente no sea Margarita también puede contribuir a fortalecer la candidatura de José Antonio Meade, en el tricolor, pues abre la puerta de par en par para que el voto útil de simpatizantes panistas sufraguen a favor del tricolor.
Así, sin ninguna duda, la decisión de Zavala encaja perfectamente en la estrategia de Peña y el tricolor, sin embargo, puede haber un efecto no deseado a partir de la pérdida de votos del Frente y es el posible voto útil a favor del candidato de Morena. En el Estado de México, fueron eficaces en evitar el voto útil a favor de Delfina Gómez, la candidata de Morena, porque el PRD postuló a un candidato que logró contener su caída.
La misma concreción del Frente Ciudadano por México puede provocar una pérdida de votantes tradicionales de los dos partidos con mayor preferencia electoral (PAN y PRD) hacia el PRI y Morena, pero ésta se puede acrecentar en la medida en que caigan las posibilidades reales de triunfo del mismo y, en ese caso, no es muy claro cuál de estos dos partidos perderá más, pues sí puede intuirse que los blanquiazules vayan al tricolor y los amarillos para AMLO.
En el 2012, el tricolor evitó el voto útil a favor de la Coalición por el Bien de Todos, que postuló a López Obrador a través de la manipulación de las encuestas de preferencia electoral, que incluso en la víspera de la jornada electoral otorgaba mayores porcentajes de voto a la candidata panista Josefina Vázquez Mota y al hoy presidente Peña Nieto, que los que finalmente obtuvieron. Sin embargo, no será fácil repetir dicha operación en un mundo más penetrado por las redes sociales.
Así todo parece indicar que la decisión de Zavala sí beneficiará al tricolor, tanto porque disminuye las posibilidades de éxito del Frente y les permite, eventualmente, beneficiarse del voto útil que buscarían con la probable postulación de Meade.
Pero no tiene ningún impacto negativo sobre las posibles preferencias electorales del abanderado de Morena, Andrés Manuel López Obrador, para ello los operadores electorales del tricolor impulsan la postulación del actual gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez, porque piensan que le arrebataría votos a López Obrador, sin embargo, en este caso es menos claro que así sucedería. Un análisis lógico indica que Rodríguez, por su imagen y estilo personal, tendría mayor éxito en el norte que en el sur, donde PRI y PAN tienen el mayor caudal de votos.
En estos momentos no es muy claro quien resultaría más beneficiado (al menos, menos perjudicado) si la elección se polarizará entre los candidatos del PRI y Morena, pues las dos fuerzas reciben altos porcentajes de respuestas ante la pregunta de por quién nunca votarían.
Las últimas noticias en el mundo electoral apuntan hacia una elección muy parecida a la presidencial del 2006, únicamente que en esta ocasión los contendientes serían Morena y el tricolor, muy probablemente con porcentajes de votación un poco menores a los que entonces obtuvieron PAN y López Obrador, y con el resto pulverizado entre el resto de los candidatos.
Todo indica que el ganador obtendría alrededor de un tercio de los votos y con una diferencia mínima el segundo lugar; pero los dos: PRI y López Obrador, prácticamente tienen asegurado ese porcentaje desde estos momentos.